"Siempre lo digo, si reuniéramos a las jugadoras salidas de A Coruña y que están fuera tendríamos un equipo de primer nivel nacional", asegura Jorge Barrero, entrenador del Fisiomás Zalaeta. La Supercopa de España disputada el pasado fin de semana solo es una confirmación más de su teoría. Había tres coruñesas sobre la pista en el duelo entre el Figaro Peluqueros Haris y el Naturhouse Ciudad de Logroño. Dos, campeonas con el equipo tinerfeño: Patricia Suárez y Lydia Alonso. Helia González se quedó esta vez con la miel en los labios después de ganar la liga precisamente ante las canarias la última temporada. "Hace dos semanas fuimos a Tenerife a jugar y le dije a Patricia que creía que iban a ganar", confiesa el técnico herculino. Un fin de semana redondo para Suárez porque al título sumó el reconocimiento como MVP de la primera jornada en la Superliga.

"Creo que Patricia está en su mejor momento", analiza el técnico tras los números del fin de semana de la coruñesa: 17 puntos en la Supercopa y 19 en la victoria contra el Extremadura Arroyo del inicio del curso regular. Porque Barrero, sin el que no se entiende el voleibol coruñés en los últimos veinte años, ha tenido a sus órdenes a las tres y conoce a la perfección el potencial que guardan: "Patricia estuvo con nosotros dos años, pero aquí tenía que trabajar y no podía entrenar. Aún sin estar en forma la Superliga 2 le quedaba pequeña. Después la llamaron de Tenerife. Confiaron en ella y en Laura Naranjo como apuestas para hacer un proyecto ganador. Por eso es muy importante en el equipo. Ahora está muy bien físicamente, está jugando muy bien y es una de las dos o tres mejores opuestas de la liga y si quiere tendrá opciones de volver a la selección".

Si Patricia ya está consolidada, el caso de Lydia es el de una jugadora que está en formación, con muy buena proyección y que ha caído en el sitio idóneo para cumplir sus objetivos. En la final de la Supercopa no pudo disputar ni un minuto, pero en la jornada liguera entró en la rotación y aportó cuatro puntos. "Acaba de llegar al equipo y tiene dos centrales extranjeras veteranas por delante. Su objetivo tiene que ser el de aprovechar los minutos y completar su formación. El equipo cuenta con ella y hay que esperar un par de años para ver hasta dónde puede llegar", opina Barrero. Para Alonso, este es el segundo año fuera de casa ya que el pasado estuvo en Bélgica. "Fue una experiencia dura, porque es muy pequeña y estuvo muy lejos. Pero le ayudó a madurar y a coger el ritmo de entrenamientos y competición de lo que es un club de nivel alto", añade.

La tercera en la final y subcampeona fue Helia González, posiblemente la mejor jugadora española de la actualidad, alma de la selección nacional y de la que poco se puede decir más. "A nivel mental es un ejemplo para todo el que se quiera dedicar a esto porque sin tener las mejores condiciones ha llegado a ser la mejor, superó una lesión de rodilla complicada y mantiene la misma ilusión que antes. Además, siempre da el cien por cien", aporta sobre la jugadora, formada en el Liceo y que participó en el proyecto coruñés del Milenium, que pretendía llegar a la máxima categoría.

La fortaleza de los equipos de las coruñesas apunta a que la del pasado fin de semana no será la única final en la que se verán las caras a lo largo de la temporada. Precisamente, la competición regular las vuelve a enfrentar este fin de semana. Otra ocasión para sentirse orgullo del voleibol coruñés y quizá sentir cierta nostalgia por tener que disfrutarlas desde lejos.