Ane de la Fuente siempre fue una de las nadadoras españolas más destacadas de su generación. Pero llegó un momento que, cuando los entrenamientos se hacían más intensos, se ahogaba, no le llegaba el oxígeno. "No aguantaba y la tenía que sacar del agua", recuerda su padre y entrenador del Liceo, Jesús de la Fuente. El problema pronto tuvo un nombre: alergia al cloro. Pero no una fácil solución. Pasaron por varios médicos hasta que al final encontraron cierta estabilidad con Carlos Lariño, del Deportivo. "Todavía nos estamos adaptando a vivir con ello y probando cosas para ver qué le viene mejor y tenerlo controlado", reconoce. Pero lo que está claro es que cuando mejor rinde es cuando las competiciones son al aire libre. Por eso, las aguas abiertas se adaptan a sus características. Los técnicos de la selección española lo saben y viene de participar en una concentración en Murcia, lo que repetirá el próximo mes en Lanzarote. Una nueva bala en la recámara pero sin descuidar la piscina. A lo que aspira es a ser internacional. Sea en la disciplina que sea.

Porque no es la primera campeona de natación a la que se le diagnostica este problema. De hecho, Mireia Belmonte también es alérgica al cloro. Por eso Jesús de la Fuente no quiere poner excusas ni achacar el mal rendimiento a esto. "Si no rendimos no será por esto", aclara, aunque recuerda que hace dos temporadas, en Sabadell, las malas condiciones de la piscina, cubierta, con mucho calor, le llevaron a casi convulsionar con la tos. "Pero al descubierto no tiene ningún problema. De hecho en Palma y en Málaga, donde el campeonato era interior, pero calentábamos en una piscina exterior, lo hizo muy bien", añade.

También en el Campeonato de España de aguas abiertas. Fue segunda en meta, aunque sufrió una descalificación porque se equivocó de dirección en los últimos cien metros al coger una boya mal señalizada. Eso le impidió clasificarse para el Campeonato de Europa, al que iban los dos primeros. Pero no quitó con los técnicos federativos se fijaran en ella y la tengan en cuenta para esta temporada, en la que sube de la categoría infantil a la júnior. "Le salió muy bien la concentración y está muy contenta. Ahora quiere volver, a la de Lanzarote, porque hay muy buen ambiente y aprende muchas cosas", ratifica su padre. Pero sin perder nunca de vista la piscina: "Para ser rápido en aguas abiertas hay que ser rápido en la piscina". Ane ya fue internacional y desde entonces siempre realizó las mínimas para volver a serlo, pero otras nadadoras le ganaron por puestos. Esta, el Europeo vuelve a ser su objetivo: "Vamos a luchar, tenemos potencial y capacidad para ello".