Un 0-5 es un marcador demasiado contundente que cuenta por sí solo el devenir de un partido, pero a veces es necesario explicar los matices para entender el contexto de una goleada demasiado abultada, sobre todo porque el Liceo bien mereció al menos estrenar su casillero, si bien la victoria del Voltregá fue incontestable, sin peros. Eso no quita que las locales no encontraran motivos para el consuelo en la derrota. Dieron la cara. Demostraron que pueden hacer daño. Según pasen las jornadas serán mejores. Dentro de una vuelta volverán a enfrentarse y puede ser otra historia diferente.

Frente a frente, la cabeza y la cola del pelotón de la OK Liga femenina, por lo menos sobre el papel, o antes de que empezara la temporada. Por un lado, el Voltregá ganador de todos los títulos con las campeonas del mundo en sus filas, jugonas, como las propias verdiblancas definen a las que son a la vez sus ídolos y sus rivales. Hasta el banquillo destilaba glamour, con la presencia de Beto Borregán, uno de los mejores jugadores de la historia. Superar esa barrera no es fácil, menos para un equipo como el Liceo, recién ascendido, a priori uno de los candidatos a luchar por la permanencia aunque las dos primeras jornadas de la competición hagan soñar con algo más. Era la veteranía contra la inexperiencia. Mujeres versus niñas. El presente tirando a pasado frente al presente tirando a futuro.

Todas esas circunstancias pesaron. Las pupilas de Stanis tardaron en sacudirse los nervios. Y si hay alguien que puede sacar petróleo de eso es Natasha Lee. Ella sola bastó para marcar las diferencias. Abrió la goleada y la cerró, una especie de metáfora de lo que esta jugadora significa para su equipo y el hockey sobre patines en general. Peligrosa en el área es decir poco. Un pequeño espacio le sirvió para poner el 0-1 y dar un golpe sobre la mesa por si las novatas querían perpetrar una revolución que se sofocó todavía más con el 0-2, este con un poco de suerte, pues la bola se le escurrió a Katy cuando ya había detenido el lanzamiento. El marcador no favorecía, pero el Liceo no se rindió. La primera parte terminó así, con Katy resarciéndose al hacerle frente a Lee en un penalti.

Habían resistido las verdiblancas, pero el tercero y el cuarto, de Nara López y Joana Comas, casi seguidos con dos errores de marcaje, les hicieron mucho daño. Intentaron al menos marcar un gol con el que animarse. Cata Flores se estrelló contra el palo y María Sanjurjo, desbordante en todas sus acciones, no tuvo suerte en el remate final. Ya con el partido roto, Lee cerró el círculo con el quinto, un nuevo ejercicio de maestría en hacer fácil lo difícil. El Voltregá se fue con los tres puntos, pero el Liceo con el consuelo de que empieza a hacer afición.