Juventud e ilusión son los adjetivos que describen al OAR en este primer tramo de la temporada 2016-17. El conjunto herculino ha cosechado hasta el momento tres victorias, un empate y cinco derrotas que lo deja en la undécima posición de una liga de dieciséis equipos en la que el claro dominador vuelve a ser un año más el Calvo Xiria. "El inicio de temporada podría haber sido mejor, pero para que estuviésemos más arriba tendríamos que haber contado con toda la plantilla. Sin embargo, no quiero que para nada suene a excusa, porque lo que realmente debemos valorar es que contamos con un plantel de jugadores que están saliendo de nuestras categorías inferiores y que, además, no hay partido en el que no peleen hasta el final", expresa el técnico del OAR Pablo Aguirregabiria. Nombres como los de Diego Martínez, Sergio Sarasola o Víctor Couceiro lideran ahora un equipo marcado por una nueva filosofía de entender el balonmano. "Desde 2008 apostamos por un grupo que se nutre fundamentalmente de la cantera y, en ese sentido, seguimos trabajando en él hasta que el respaldo económico nos permita ampliar nuestros objetivos", relata el técnico herculino.

Tras los primeros compases de una liga en la que los hombres de Pablo Aguirre han tenido que hacer frente a numerosas bajas, el partido de este sábado contra el Octavio, a partir de 18.30 horas en el Polideportivo San Francisco Javier, será un buen termómetro para conocer el auténtico potencial del joven OAR. "Nos enfrentaremos a un equipo que ha ido cayendo en los últimos años de categoría hasta llegar a 1ª Estatal. Puede venirnos muy bien para medir en qué punto se encuentra el equipo", destaca Aguirre. Y añade: "Pese a que no estamos al nivel de los equipos punteros de la liga, contra todos los rivales hemos dado lo máximo. La mejor prueba de ello es que ninguno de los equipos con que hemos jugado han conseguido superarnos en el marcador con claridad".

Precisamente el marcador, muy especialmente en los minutos finales, se ha convertido en un arma de doble filo para este OAR. "Hemos vivido situaciones diferentes. Por ejemplo, cuando jugamos contra el SAR tuvimos que remontar hasta dos veces un marcador en el que íbamos perdiendo por cuatro goles ya en los primeros minutos y lo mismo nos pasó ante el Chapela en el último tramo de partido. Nuestros jugadores son todavía muy jóvenes. Si sumas el hecho de jugar fuera de casa a la presión que sienten por su inexperiencia en esta categoría hace que a veces sea difícil que demuestren su mejor versión", explica un Pablo Aguirre que tras dieciocho años en el banquillo del combinado coruñés sabe muy bien cuál es la clave para que el OAR de un golpe de autoridad en la liga. "Los chicos lograron importantes victorias frente al Seis do Nadal o Lavadores, pero lo que hace falta es ganar a uno de los grandes favoritos para dar la sorpresa".

Un objetivo que, aunque importante para Aguirre, no es la máxima prioridad para esta temporada: "Lo que más deseo es que los jugadores lleguen a marcar diferencias a nivel individual, mientras que, como equipo, lo que trataremos de buscar es que podamos concluir esta campaña con un balonmano fresco, con más alternativas y una defensa más intensa". Y sentencia: "Es un camino duro pero bonito el que tenemos por delante. La ilusión y experiencia que tienen estos jugadores desde nuestras categorías inferiores hace que el trabajo sea mucho más fácil".