De las alegrías de la Liga Europea, con dos victorias seguidas, el Liceo pasa a los disgustos de la OK Liga, una competición en la que el empate en casa contra el Alcoy en la última jornada le costó tan caro como perder la segunda posición -ahora es cuarto- y situarse ya a ocho puntos del líder Barcelona. Los verdiblancos visitan al Lloret (20.30 horas), un rival en teoría asequible, pero no sería la primera vez que se dejan sorprender en estas situaciones. Lo que les hace estar con todos los sentidos en alerta. Cuando solo se han jugado diez partidos y quedan por delante otros veinte, es precipitado dar un título por imposible. Pero otro tropiezo dejaría las opciones de los de Carlos Gil casi en los mínimos. Sobre todo porque ya no dependerían de ellos mismos sino de los demás y el conjunto culé no ha mostrado este curso ni una sola debilidad.

El Lloret es un equipo que deportivamente perdió la categoría la temporada pasada, pero la desaparición del Cerceda les abrió una posibilidad a la esperanza. Los catalanas compraron la plaza que dejaban libre los coruñeses y consiguieron mantenerse en la OK Liga. Este año de momento ocupan una zona templada de la tabla, ya que es décimo con once puntos (tres victorias y dos empates), pero solo con un colchón de tres puntos sobre el descenso. La igualdad entre todos los implicados será tal que cada punto cuenta en la lucha por la permanencia. Es lo que puede hacerle peligroso, más que llegará con mucha hambre al partido, con cuatro derrotas consecutivas. Poco pudieron hacer los de Manolo Barceló en sus duelos contra los de arriba. Perdieron por 4-1 ante el Reus y por 0-8 y 8-0 contra Vic y Barça respectivamente.

No se le dan bien los grandes al Lloret y al Liceo tampoco los pequeños y menos a domicilio. Cayó en las pistas del Girona y del Caldes y ganó por la mínima en Alcobendas y Manlleu. Esta situación contrasta con su buen rendimiento en la Liga Europea, donde lleva dos victorias consecutivas. Primero arrolló al Breganze italiano y el pasado fin de semana tuvo que trabajar duro para doblegar al La Vendéenne francés. La competición europea ha hecho que los coruñeses tuvieran menos tiempo para preparar el partido de esta noche ya que los catalanes descansaron y llevan dos semanas pensando solo en verdiblanco. A eso se le une que la liga vuelve al martes, cuando los liceístas recibirán al Vilafranca en el Palacio de los Deportes de Riazor (18.00 horas), solo con dos días de descanso. Y el sábado siguiente (10 de diciembre), duelo vital en Reus. Tres partidos en siete días, por tanto, para un Liceo que necesitará dosificar los esfuerzos. Un ingrediente más en la lista para complicar más su compromiso de hoy. Pero los coruñeses se crecen ante la adversidad.