El Athletic Club obsequió ayer a Yeray Álvarez, en el palco aún recuperándose de un cáncer testicular, con el mejor regaló de Reyes que se podía imaginar el bravo central de Barakaldo, una épica victoria sobre el poderoso Barcelona, por 2-1, terminando el partido con solo nueve jugadores.

Fue un corto pero valiosísimo triunfo de los leones de cara al partido de vuelta de estos octavos de final de la Copa del Rey, una victoria mínima que el Athletic abrió con dos goles de Aritz Aduriz e Iñaki Williams en la primera mitad y cerró Leo Messi en la segunda con un golpe franco directo.

Fue el perfecto resumen el resultado final de un choque en el que fue mejor el conjunto vasco antes del descanso y mejor el Barcelona tras el regreso de vestuarios. Y más después de que fuesen expulsados Raúl García y Ander Iturraspe en los minutos 72 y 80. En el tramo final del choque, ya con todos los jugadores en el área local o en sus alrededores, Lionel Messi remató al palo la última jugada del partido y el Athletic consiguió salir vivo de un partido del que la afición de San Mamés se acordará durante mucho tiempo.