Los clubes modestos están acostumbrados a sobrevivir en las condiciones más precarias. Por eso cuando alguien apuesta por ellos su agradecimiento es máximo. Es el caso del Maristas, equipo coruñés de baloncesto femenino que milita en Primera Nacional. Lo habitual es que sus viajes sean por carretera, ya que sus rivales son todos del norte peninsular. Pero lo suelen hacer en furgonetas cedidas y con su entrenador como conductor. Salvo este fin de semana, que gracias al apoyo de la empresa Lumepal consiguieron un autobús para ir a Santander para enfrentarse al Ventanas Arsan con el que combatir el frío, viajar cómodas y descansadas y con el técnico sentado a su lado sin tener que ir pendiente de la carretera. Y así se lo agradecieron:

El equipo dirigido por Fernando Buendía se impuso a su rival por 55-67, lo que le permite seguir segundo en la clasificación empatado a nueve victorias y una derrota con el Ascensores Tresa asturiano, un conjunto profesional que cuenta con varias jugadoras internacionales en sus filas. A falta de tres jornadas para el fin de la primera fase del campeonato, las coruñesas ya tienen asegurada su pase a la segunda fase, una liguilla contra los clasificados de Castilla y León, por lo que será importante sumar victorias ante Fodeba, Rosalía e Innobasket. El sueño será luchar por meterse por primera vez en su historia en la fase de ascenso a Liga Femenina 2 aunque el camino será largo. El año pasado, con Román Gómez al frente de la nave, rozaron la proeza al perder la final del play off que disputaron en casaplay off .