Mataró pone a prueba este sábado a los mejores fondistas, entre ellos Mireia Belmonte, que participará en el Campeonato de España de larga distancia fuera de concurso. Pero un coruñés puede hacerle sombra a la campeona olímpica. Jacobo Garrido, del Liceo, no ha ganado medallas en la gran cita del deporte de cada cuatro años, todavía. Pero su presencia en la localidad catalana tiene incluso un valor superior. Será el único nadador con discapacidad -nació con una pierna más corta que la otra y con el crecimiento ha acumulado una diferencia de más de 30 centímetros- que ha conseguido clasificarse para una cita a la que solo llegan los diez mejores tiempos de todo el país en cada categoría, la suya la infantil.

"Los límites solo están en la cabeza", dice a sus 14 años. No es la primera vez que lo consigue, de hecho compagina a la perfección esta disciplina con la natación adaptada, en la que es una promesa con visos de estrella como confirmó hace dos semanas con su cuarto título seguido de campeón nacional infantil. Su presencia en Campeonatos de España de su categoría junto a nadadores sin discapacidad es habitual y aspira a repetirlo este año. La palabra que le define es normalidad. Pero sí es la primera vez que se da a conocer a nivel absoluto. En adaptada, ya se vio al lado de sus ídolos en el Europeo del año pasado. "Me dijeron que me quedan muchos años y que siga luchando, me animaron mucho", recuerda.

Ahora se está preparando para una temporada que puede ser importante. Es la primera en el camino hacia los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020. Y además aspira a ir al Mundial de jóvenes en octubre. Aunque la carrera será doble. Por un lado, en la piscina, en sus entrenamientos diarios, para la que tiene tanto el apoyo de su entrenador, Jesús de la Fuente, como el de sus compañeros de equipo y familia. "La natación es muy sacrificada, hay que ir todos los días al entrenamiento con la intención de dar lo mejor de ti", analiza.

La otra batalla es médica. Clasificado en la categoría S10, está a la espera de un informe médico que le encuadre en la S9. "En el Europeo competí contra chicos que a simple vista no tenían nada y eso me parece injusto", protesta. Él, además del problema en su pierna y de la agenesia en el peroné, está pendiente de una nueva operación de cadera. Nada que sea un obstáculo en su continua progresión. "Nos dicen que es un fenómeno", confiesa el entrenador del Liceo. "Pero ahora que mantenernos y eso es lo difícil", concluye.