En el momento del anuncio de su fichaje por Mercedes, al finlandés Valtteri Bottas se le achacó la ausencia de triunfos en su palmarés, pero el sustituto del alemán Nico Rosberg -el último campeón del Mundial de Fórmula 1- demostró en el Autódromo de Sochi que también sabe ganar.

La victoria en el Gran Premio de Rusia de 2017 luce desde ayer en su estadística. En ese escenario brilló Rosberg el pasado año y ahí acalló Bottas las voces de sus críticos.

Ya había anunciado, no obstante, a su llegada a la ciudad olímpica, que sus resultados llegarían. Y en su cuarto Gran Premio al mando de un Mercedes, el número 81 desde su estreno con Williams en el año 2013, premió la arriesgada apuesta de la escudería de confiarle una de las dos flechas plateadas.

El Gran Premio de Rusia comenzó de manera accidentada, con un choque en la curva 2 entre los monoplazas del francés Romain Grosjean (Haas) y del británico Jolyon Palmer (Renault). Ambos quedaron fuera de carrera, al igual que el español Fernando Alonso, quien ni siquiera pudo comenzar. Su McLaren se quedó parado durante la vuelta de formación, por lo que la cuarta prueba del Campeonato del Mundo de Fórmula 1 empezó con algo de retraso tras la decisión de la organización de abortar la salida.

Con un ataque decidido desde la misma salida construyó Valtteri Bottas el primer éxito de su historial. Partía desde la tercera plaza, tras los Ferrari del alemán Sebastian Vettel y del también finlandés Kimi Raikkonen, pero no retrasó la conquista del primer lugar. Él ya era el líder en el momento en el que se produjo la colisión entre Grosjean (Haas) y Palmer y la posterior entrada en pista del coche de seguridad. Por aquel entonces, Fernando Alonso estaba fuera de carrera. El McLaren-Honda del asturiano se quedó parado durante la vuelta de formación y, en consecuencia, el dos veces campeón del mundo de Fórmula 1 no pudo tomar la salida. Adiós dijo igualmente de manera precipitada el australiano Daniel Ricciardo, por un problema en su Red Bull en la vuelta 6.

La prueba derivó, a continuación, en un cara a cara entre Valtteri Bottas y Sebastian Vettel, con Kimi Raikkonen y Lewis Hamilton rezagados, mucho más atrás.

El poseedor de la pole, cuádruple campeón mundial de la disciplina, no se rindió pese a la creciente ventaja que tomó el piloto de Mercedes. Perfeccionó su conducción sobre el trazado, de 5.848 metros, pero debió asumir la superioridad del ganador por un ajustado margen de 0.617 segundos.

"La carrera la perdí en la salida. Después lo he intentado todo para engancharme a Valtteri, pero él es sin duda el hombre de la carrera", le premió el líder del Mundial. "Su carrera fue soberbia y se merece una gran enhorabuena porque es su primera victoria", abundó, caballeroso, Sebastian Vettel.

Emocionado recogió Bottas el trofeo que le acredita como vencedor del Gran Premio de Rusia. "He necesitado más de 80 carreras", recordó desde el podio, "pero ha merecido la pena".

Inconformista tras rubricar su mayor éxito en la Fórmula 1, adelantó su próximo desafío: "Quiero ser campeón del mundo".

Una lucha menos ambiciosa mantendrá hasta final de curso el mexicano Sergio Pérez (Force India). Fue sexto, por detrás de los dos Mercedes, los dos Ferrari y el Red Bull del holandés Max Verstappen.

Completaron el top10 su compañero en Force India, el francés Esteban Ocon, el alemán Nico Hülkenberg (Renault), el brasileño Felipe Massa (Williams) y el español Carlos Sainz (Toro Rosso).

El madrileño destacó que rescató "un puntito" en una carrera en la que partía decimocuarto tras arrastrar una penalización de tres posiciones en la parrilla de salida del Gran Premio de Baréin.