La selección de Nueva Zelanda volverá a disputar la Copa Confederaciones después de perderse la última edición en beneficio de Tahití y lo hará con la ilusión de demostrar que el fútbol en el país sigue avanzando. Esta será la cuarta participación de los All Whites, y el principal reto es ganar un partido en el torneo. Hasta la fecha no lo han conseguido sumando ocho derrotas y un único empate, ante Iraq en 2009.