El Tenerife logró recobrar ante el Cádiz el sueño del ascenso al derrotar al cuadro gaditano con un único gol del japonés Gaku, en un vibrante encuentro, en el que, además, tuvo que jugarse una agónica prórroga en la que ninguno de los dos fue capaz de marcar.

Los locales, desde el inicio, trataron de contrarrestar la desventaja de la ida, pero este propósito casi se le quebró en el minuto dos, puesto que Álvaro puso en un serio brete a Dani.

Esta necesidad local se topó con un equipo gaditano que, no sólo supo ubicar adecuadamente a todas sus bazas sobre el césped para frenar a un más que predecible asedio insular, sino que, además, aprovechó cualquier error para ensamblar rapidísimos contraataques con los que tratar de sorprender a Dani.

Una particular internada de Suso dentro del área le permitió alcanzar la línea de fondo y asistir a Gaku, y el japonés, en el segundo palo, conectó un preciso disparo que superó sin problema alguno la inútil y tardía estirada de Cifuentes.

El Cádiz necesitaba un gol y embotelló a los locales, pero la falta de acierto acabó condenando a los amarillos. La última gran ocasión la tuvo Ortuño, en el minuto ciento quince, pero dilapidó no sólo una de las ocasiones más claras del equipo, sino también casi que toda posibilidades de clasificase para la fase decisiva, puesto que solo ante Dani, envió un franco balón a las manos del meta. Una falta rápida yn un dispro fuera y se acabó.