Sin sorpresas. Sarah Sjostrom, Katinka Hosszu y Adam Peaty ganaron sus primeras medallas de oro a las que optan en este Mundial de Budapest. El deporte, la natación, no es un tratado matemático en el que dos más dos sumen cuatro. Pero la lógica se impone la mayoría de las veces porque no hay más estrategia que nadar más rápido que los demás. Y eso la sueca, la húngara y el británico lo hacen como muy pocos. Habían sido todo el año muy superiores al resto. También en las eliminatorias y semifinales. En la final su victoria parecía tan clara que la incógnita era si ganarían con récord del mundo o no. Finalmente fue sin él. Sí los rozaron la rusa Yuliya Efimova en las semifinales de 100 braza, en las que se quedó a una centésima, y la canadiense Kylie Masse en las de 100 espalda a seis. Más invitados a la fiesta en la que, de momento, reina Ledecky.

Sarah Sjostrom afrontaba la final de 100 mariposa después de haber batido el récord del mundo de 100 libres el día anterior. Se tiró a por el segundo y se lo impidieron cinco centésimas. Se tuvo que conformar con el de los campeonatos con 55.53. Su superioridad es abrumadora. Lo hace todo con infinita facilidad. Deslizarse a toda velocidad por encima del agua parece natural en ella. La australiana Emma Mckeon (56.18) y la estadounidense Kelsi Worrell (56.37) la siguieron de lejos. Primer oro para la sueca, cuarto en esta prueba. Aspira, si el cansancio se lo permite, a tres más (50 mariposa y 50 y 100 libres).

También primer oro para Hosszu, aunque le costó caro, pues renunció a las semifinales de 100 espalda, otra de sus bazas (es la campeona olímpica), para afrontar con garantías la final de 200 estilos. Hasta la Iron Lady, acostumbrada a nadar cuatro y cinco pruebas por jornada, se cansa. Tenía razón pues, aunque siempre con un cierto margen de ventaja, necesitó hasta la última gota de sus fuerzas para firmar 2.07.00 -su récord del mundo es 2.06.12- y batir a la japonesa Yui Ohashi y la estadounidense Madisyn Cox.

Adam Peaty, producto tardío del esfuerzo británico para Londres 2012, voló por delante de sus rivales. Un 4x4 musculado, llegó para revolucionar el estilo de braza. Antes de la irrupción del bulldog británico, nadar en menos de 59 segundos en los cien metros era todo una proeza. Él quiere bajar de 57. Ayer, sin el sudafricano Cameron van der Burgh, el que le empujó en Río a sus 57.13, revalidó su título con 57.47. Un segundo más rápido, que el estadounidense Kevin Cordes (58.79) y ya casi dos que el ruso Kirill Prigoda (59.05), tercer clasificado. Le queda el 50. Y Gran Bretaña tiene argumentos para soñar con pelearle a Estados Unidos el relevo de 4x100 estilos.

Rafa Muñoz conserva su récord

La presión de la final pudo con el americano Caeleb Dressel y el brasileño Nicholas Santos en los 50 mariposa. Este último tenía una mejor marca mundial del año que suponía también el récord del mundo sin bañador de poliuretano. El real data todavía de aquellos años en los que los trajes flotantes revolucionaron la natación y pertenece al español Rafa Muñoz. Santos lo había rozado este año. Y el estadounidense había dejado unas excelentes sensaciones en las semifinales. Llegada la final, ni uno ni otro. Fue el británico Benjamin Proud el que se llevó el oro con 22.75 segundos por delante del brasileño (22.79) y del ucraniano Andrii Govorov (22.84). El cordobés, ya retirado, sigue reinando con sus 22..43.

Belmonte y Vall, a la final

Mireia Belmonte se repuso de su mala actuación de la primera jornada clasificándose para la final de 1.500 metros, que se disputará hoy, con el segundo mejor tiempo. Fue la primera de las mortales, porque el oro ya tiene escrito el nombre de Katie Ledecky. Entre ella y el resto hay más de treinta segundos de diferencia. Lo que supone una piscina. Belmonte luchará por la plata con la china Yawen Hou, la italiana Simona Quadarella y, sobre todo, la que parece más peligrosa, la húngara Boglarka Kapas. La delegación española tendrá hoy otra opción de medalla de la mano de su otro estrella, Jessica Vall, que nadará la final de 100 braza con el sexto mejor tiempo. El resto, solo Jiemena Pérez rozó la clasificación con su novena plaza en 1.500 metros pese a ser su estreno en una cita internacional. Tanto África Zamorano como Hugo González y Miguel Durán fueron eliminados en las series matinales.