La selección española júnior de balonmano, con el coruñés Rubén Río, se proclamó campeona del mundo de la categoría al derrotar en la final, con prórroga incluida, a la de Dinamarca (39-38), en una cita que se celebró en Argelia. El jugador del Valladolid cierra así su etapa en las categorías inferiores de la selección con su tercera medalla tras el bronce europeo juvenil y el oro continental júnior del año pasado.

La victoria de España, que se dilucidó en la prórroga tras haber acabado los primeros sesenta minutos igualados (34-34), puede decirse que lleva grabada el nombre del meta de Lalín Xoán Ledo.

Y es que el portero del Villa de Aranda fue esencial al detener un penalti, con el tiempo cumplido, dando paso a la prórroga.

El partido había visto en su mayor parte a la selección española por delante en el marcador, iniciando con un parcial de 3-0, y pasando por marcadores favorables como 7-4 (m.10), 18-16 (descanso), 22-18 (m.34) o 31-29 (m.51).

Bien es verdad que Dinamarca nunca se desenganchó del partido e igualó sus desventajas. Incluso llegó a plantarse en el último minutos con un favorable 34-33, que le ponía las cosas muy favorables. Pero, primero, España igualó (34-34) y, luego, Xoán Ledo realizó la ya reseñada proeza.

En la prórroga, se alternaron ambos equipos en el marcador con unas diferentes que no fueron superiores a un tanto, llegándose al minuto final con un 38-37 para Dinamarca. Pero España igualó (38-38) y, tras una nueva parada de Xoán Ledo, a poco del final Dani Dujshebaev (8 tantos en todo el partido) marcó el definitivo 39-38 que daba el título mundial al combinado español.

Tras seis subcampeonatos mundiales, en los que tuvo que conformarse con la medalla de plata, la selección española júnior por fin logró el merecido título.

Y aparte del galardón grupal, el meta gallego Xoán Ledo se llevó la distinción de mejor portero del Campeonato del Mundo. Su compañero Álex Gómez fue declarado el mejor extremo derecho del torneo.