El Burnley dio la primera sorpresa de la temporada 2017-18 al derrotar ayer en Stamford Bridge al vigente campeón, el Chelsea (1-3), que sufrió las inclemencias de un discutible arbitraje, que lo dejó con un hombre menos a los 14 minutos.

El equipo entrenado por Sean Dyche, candidato al descenso, se plantó en el suroeste de Londres con una idea clara de juego: defensa férrea y contragolpe, señas de identidad de estos Clarets.

Por su parte, Antonio Conte no varió el exitoso 3-4-3 que tantas alegrías les dio el año pasado, con Azpilicueta como carrilero en la derecha ante la ausencia de Moses, y con Rüdiger, llegado este verano del Roma, en el eje de la zaga junto a David Luiz y Cahill.

Especialmente amargo fue para Cahill su estreno como capitán de los Blues, ya que antes de que se cumpliera el primer cuarto de hora el árbitro lo mandó a la ducha por una dura entrada con los tacos por delante sobre Defour.

Ni así varió su esquema Conte, que decidió quitar a Boga -sorpresa en el once- y dar entrada a un central: el imberbe Christensen. Pero el Burnley estaba cómodo, y ni el gol anulado a Vokes en el minuto 19 le restó un ápice de moral.

El corpulento ariete galés se desquitó apenas cuatro minutos más tarde, cuando cabeceó al fondo de las mallas un preciso centro de Lowton para adelantar a los suyos y silenciar Stamford Brdige.

No hubo tiempo para la reacción del campeón, que no conseguía hacer daño a su rival y que sufrió otros dos varapalos más en la recta final del primer tiempo: primero Ward perforó la meta de Courtois en el 39 con un disparo potentísimo desde la izquierda tras un magnífico uno-dos con Cork, y después fue nuevamente Vokes, en el 42, el encargado de alojar la redonda en la portería azul, cuando, libre de marca en el área pequeña, remató de cabeza un preciso centro de Defour tras una falta.

La segunda mitad, sin embargo, fue toda del Chelsea, que descontó dos tantos pero que podía, perfectamente, haber arañado un empate. Liderados por un magnífico Álvaro Morata, autor de un gol y una asistencia, los Blues nadaron pero murieron en la orilla.

El delantero español, fichaje estrella, saltó al campo en el 58 en lugar de Batshuayi y sólo tardó nueve minutos en dejar su impronta, cuando cabeceó un centro de Willian para dar alas a los suyos.

Ahí apareció el guardameta Heaton, que frenó las acometidas del Chelsea con una serie de paradas salvadoras a disparos de Marcos Alonso y Willian. El árbitro, además, volvió a ser protagonista al anular a Morata un tanto por fuera de juego y dejar a los londinenses con nueve futbolistas después de una entrada de Fàbregas al tobillo de un rival.

Pero ni con dos jugadores menos se amilanaron los de Conte, que descontaron otro gol más a falta de tres minutos para el 90, gracias a un disparo de primeras de David Luiz en un balón que había peinado en la frontal Morata -gol y asistencia en su debut en Premier-.

Pese a los acercamientos de los de casa, que, sin embargo, se salvaron de un cuarto -Brady se topó con el palo en un libre directo-, el electrónico en Stamford Brige no se volvió a mover y el Chelsea sufrió una inesperada derrota que amarga su estreno en la Premier 17-18.