Fiel a su estilo más reciente

El Celta combate en la temporada que está a punto de comenzar contra el recuerdo de la pasada temporada, la que posiblemente sea la temporada más extraordinaria de su historia. Por resultados y por emociones: a las puertas de las finales de Copa del Rey y de la UEFA. Contra ese recuerdo tendrá que luchar el equipo en esta temporada. Inevitablemente surgirán las comparaciones y gestionar esa situación también será parte importante de la campaña. Y mucho más después del relevo que se ha producido en el banquillo y que supone la gran novedad de la nueva temporada. Después de tres años brillantes, en los que se ha cumplido con creces las expectativas del entorno, Eduardo Berizzo y el Celta rompieron. Una decisión impopular, que tendrá su coste en el supuesto de que las cosas no rueden como es de esperar en la vida del equipo. El técnico argentino ha dejado una huella que no será fácil de borrar. Con la intención de defender su legado y llevarlo más lejos el Celta ha contratado a un viejo conocido: Juan Carlos Unzué. El navarro ya sabe cómo son la institución, la ciudad, la afición y el entorno. Estuvo la temporada en la que Luis Enrique dirigió a los vigueses como segundo entrenador. Ahora, tras la decisión del asturiano de tomarse un año sabático, emprende de nuevo el camino en solitario. Lo hace con los mismos ayudantes que Luis Enrique ha tenido en Vigo y en Barcelona, lo que supone un importante apoyo en esta tarea. Unzué, por lo visto esta pretemporada, no pretende revolucionar la vida del Celta, la personalidad que el equipo ha tenido estos años. La pelota y la presión en el campo contrario seguirán siendo las piedras sobre las que se apoyará un proyecto continuista en el que la plantilla no ha sufrido grandes modificaciones.