El Leganés estrenó su temporada con victoria ante el Alavés en un partido con igualdad en el arranque mientras los equipos se asentaban en el campo. Poco vértigo, mucho control y un acercamiento del anfitrión nacido de un centro de Szymanowski que no remataron ni Guerrero ni Gabriel.

Por su parte el Alavés esperaba su momento y apareció de manera inesperada al llegar Diego Rico tarde al corte derribando dentro del área a Burgui. Lanzó el penalti Manu García pero su golpeo no sorprendió a un sereno Cuéllar.

La acción dejó tocados a los visitantes y animó al rival, que imprimió la intensidad justa para convertirse en dominador. Zaldua, Szymanowski y Gabriel dibujaron un triángulo con base trazada de derecha a izquierda y vértice al borde del área.

El primer gol de la temporada 2017-2018, eso sí, no será recordado por su belleza. Una falta tirada por Guerrero la desvió con la cabeza Sobrino incrustado en la barrera. Ese toque descolocó a Pacheco, que solo pudo dejar el balón manso dentro del área. Gabriel, debajo del larguero, podía incluso haber celebrado el tanto antes de marcar.

A partir de ahí, y hasta el descanso, la pesadez de piernas y el desgaste de la pretemporada ganaron protagonismo en detrimento del fútbol. Con la salida de los vestuarios, el ritmo volvió a elevarse progresivamente.

Le faltaba en cambio claridad a los vitorianos, perdidos en balones largos y alguna que otra incursión por banda. Los locales tampoco estaban para alardes pero al menos generaban cierto peligro como en una contra conducida por Omar en la que a Eraso le sobró generosidad en los metros finales.