La selección argentina buscará en la madrugada de hoy al viernes (01.00 hora española) en el Estadio Centenario de Montevideo sumar puntos ante Uruguay en uno de los clásicos del fútbol sudamericano, mientras que la selección brasileña podrá sellar matemáticamente su pase al Mundial contra Ecuador.

El equipo de Jorge Sampaoli llega al encuentro con la baja del sevillista Éver Banega, sancionado, y con la necesidad de puntuar para salir del quinto puesto que solo garantiza la repesca. Sin embargo, la albiceleste se encuentra a un solo punto del equipo charrúa, por lo que en caso de victoria sería la selección uruguaya la que estaría en problemas. Sampaoli podría optar por defensa de 3 centrales, como en los últimos partidos, con el sevillista Pizarro por Banega y con Messi y Dybala por detrás de Icardi, dejando a Higuaín o Agüero en el banquillo.

Por su parte, la selección uruguaya cuenta con Luis Suárez como duda para el encuentro, ya que se lesionó en la vuelta de la Supercopa de España contra el Madrid y se le esperaba para el encuentro contra el Espanyol, pero el médico del combinado uruguayo "jamás" descartaría al goleador, según dijo. En caso de que Suárez no jugase, Tabárez alinearía como único punta de Uruguay a Edinson Cavani.

Por su parte, la selección brasileña espera cerrar ante Ecuador (02.45 h) en el estadio Arena do Gremio de Porto Alegre su clasificación para el Mundialm, en un partido donde Neymar jugará por primera vez con la selección siendo jugador del PSG. El equipo de Tite, líder del ranking FIFA, cuenta con 33 puntos, a nueve del segundo clasificado Colombia, y una victoria aseguraría matemáticamente su billete para Rusia.

Mientras tanto, la selección ecuatoriana, sexta a dos puntos de Argentina, entraría en la lucha por estar en el Mundial en el caso de sorprender a la canarinha. La actualidad ecuatoriana está marcada por el fallo adverso del Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), que castigó a Bolivia por lo que sus partidos contra Perú y Chile contabilizaron como derrotas a pesar de lograr una victoria y un empate.