El Getafe se apuntó para su historia particular el honor de llevarse el triunfo en el primer derbi que le midió con el Leganés en la máxima categoría del fútbol español, un espectáculo que honró el nombre del fútbol del sur de Madrid desde los prolegómenos hasta su desenlace.

Conscientes de que un buen arranque era lo que necesitaba el equipo local para espolear a su afición, salió el Leganés con una marcha más. Esa actitud le valió para gozar de dos ocasiones al inicio.

En la primera un buen centro de Zaldua lo remató Guerrero de cabeza dentro del área obligando a intervenir a Guaita. Más tarde Eraso probó suerte desde lejos, pero su golpeo se marchó desviado.

Poco a poco el ímpetu se fue diluyendo para dar paso a la figura de un Getafe sólido y bien colocado en el terreno de juego. Por delante de la defensa la pareja de mediocentros Arambarri y Begara evitaba la progresión del rival mientras que arriba el japonés Gaku se movía incomodando a los zagueros.

Cuanto más lo intentaba el Getafe, mayor era la angustia de un anfitrión que sufría por arriba. Tanto, que acabó siendo víctima de la misma y encajando un tanto. Las complicaciones para alejar el esférico tras otro córner propiciaron que éste llegara en segunda jugada a Arambarri, que le dio con el alma.

En la segunda mitad en desventaja. Guerrero llevó el balón a las mallas como premio a la insistencias. Con el público volcado, Guaita paró un penalti al propio Guerrero, y el Getafe acabó aprovechando un error defensivo para hacer le 1-2 final.