Nadia Iglesias empieza a creerse todo lo que le está pasando. Un día después de colgarse su tercera medalla de 2017, el bronce en el Mundial tras los oros nacional y europeo, la santiaguesa todavía está pletórica. "Para mí el top cinco ya estaba muy bien y aunque veía el podio cerca, porque estábamos todas muy cerca, si las demás también lo hacían bien, no iba a ser fácil", comenta. "Yo solo venía a patinar y pasarlo bien y marcharme de aquí con una medalla es toda una alegría", dice la representante del Maxia. El bronce completa un verano de diez, "Ha sido una temporada perfecta. La repetiría una y mil veces. Y el año que viene, más y mejor", avisa.

Porque la base está en su trabajo diario en A Coruña de la mano de Rosa García en el Maxia. "Fue una medalla muy trabajada durante toda la temporada, pero mereció mucho la pena", reconoce y, aunque aún queda mucho para la temporada que viene, en la que va a residir y estudiar en A Coruña y no se va a tener que desplazar desde Santiago para entrenar, ya piensa en esforzarse al máximo para seguir en racha: "Está claro que se va a trabajar todo lo posible para que por lo menos sea igual".

Todavía le queda un año como júnior y puede tomarse la revancha con las italianas, que marcaron las diferencias. "Son muy superiores en la manera de trabajar, más profesional. Lo que voy a tratar es estar a su altura en todos los niveles", explica. "Pero para ganarles hay que trabajar muchísimo y hacerlo todo perfecto", aclara.