La Supercopa de España, que se disputa hoy y mañana en Voltregá, es el primer test de la temporada 2017-18 para el renovado Liceo, que se presenta a la primera competición oficial como el vigente campeón y la ambición de revalidar el título conseguido el año pasado. Juan Copa se estrena en el banquillo y Sergi Miras, Edu Lamas y Martín Rodríguez, novedades en la plantilla, se vuelven a vestir la camiseta verdiblanca. Con los ya veteranos, la fórmula ha funcionado durante una pretemporada que, aunque atípica por no poder contar con los mundialistas -Edu y Malián y el francés Carlo di Benedetto-, dio sus frutos. El equipo llega invicto a esta cita, pero a una semana del arranque de la OK Liga, las pruebas llegan a su fin y al Liceo le toca enfrentarse al equipo anfitrión (21.15 horas) mientras que por el Barça y el Reus, campeón de la liga catalana la semana pasada, lucharán por otro puesto en la final de mañana (20.45).

El año pasado los coruñeses sorprendieron al llevarse el título. No eran los favoritos y su rendimiento era toda una incógnita por la pérdida del que había sido su baluarte en la última década, Jordi Bargalló, así como de su hermano Pau, uno de los jugadores. Dos bajas que parecían mermar notablemente el rendimiento de la plantilla. De tapado, el Liceo supo esconder bien sus cartas y eliminar en semifinales al Vic (2-4) y superar al Reus, que jugaba en casa, en la final (1-2). Caía la única competición que se le había negado sistemáticamente al conjunto herculino, el único que le faltaba en su dilatado palmarés.

La situación es parecida en cuanto a que el equipo ha sufrido cambios importantes, pero con refuerzos de primer nivel con Sergi Miras y el campeón del mundo Eduard Lamas. El principal, en el banquillo, con Juan Copa como sustituto del eterno Carlos Gil. Siempre que el timonel varía de rumbo las dudas crecen porque todo el equipo ha de adaptarse a las exigencias del nuevo técnico. Pero el coruñés no es un entrenador nuevo para muchos. Entre su etapa en el Liceo y el Cerceda, coincidió con la mayoría de los jugadores que ahora están en el primer equipo. Por eso la adaptación ha sido rápido como demuestran los resultados. Campeón del Trofeo Asturhockey con tres triunfos en tres partidos. Goleada frente al Valença en la presentación en el Palacio de los Deportes de Riazor. Y campeón del Torneo Eurocidade con una prestigiosa victoria en la final ante uno de los grande de Europa, un Sporting de Portugal, eso sí, menos rodado.

Ese fue el último partido disputado por un Liceo en el que se han podido adivinar los toques de Juan Copa en la seguridad defensiva. Con Malián en la portería, un Eduard Lamas con un hambre desbocada y en un estado de forma excepcional, Sergi Miras en modo goleador y César Carballeira como recambio de lujo, la defensa se presenta como uno de los mayores fuertes verdiblancos. En ataque, además, Dava Torres ha demostrado haber recuperado parte de su olfato bien asistido en la tarea por Josep Lamas, Carlo di Benedetto y Marc Coy. Protagonismo coral.

El Voltregá marca el inicio de sus ambiciones. No será una semifinal fácil por más que el conjunto de Sant Hipòlit haya salido perjudicado del pasado mercado de fichajes. Perdió a su mejor jugador, el coruñés Ignacio Alabart, ahora en el Barcelona. Y también a Dani Rodríguez, otro de sus pilares, y al portero Cándid Ballart. La pérdida de potencial se ha intentado minimizar con la llegada del meta del filial azulgrana Blai Roca y el segundo máximo goleador de la liga francesa del pasado curso, Ignasi López. El trío Armengol-Teixidó-Vargas es un peligro constante. Más jugando en casa. Primera piedra asumible. Todo por una final más. La primera de una nueva era.