Tres victorias en los tres grandes premios disputados tras el paréntesis estival conceden al inglés Lewis Hamilton (Mercedes) la vitola de favorito este fin de semana en Malasia, en la despedida del circuito de Sepang como sede del Circo de la Fórmula 1, adonde acude como líder. Y es que el británico cuenta con una jugosa renta de 28 puntos con respecto al alemán Sebastian Vettel (Ferrari). Cuando restan seis carreras para el cierre de la temporada, la puja por el cetro mundialista parece reducirse a ambos, toda vez que el finlandés Valtteri Bottas -portador de la otra flecha plateada- es tercero, a 51 puntos de su compañero de equipo.

El circuito internacional de Sepang es, sin embargo, un territorio propicio para la resurrección de Vettel. El piloto de Heppenheim, de 30 años, puede presumir del récord histórico de victorias en el trazado malasio. Ahí venció en cuatro ocasiones. Las tres primeras, con Red Bull, en 2010, 2011 y 2013. La última, en 2015, ya al mando de un Ferrari. En la decimonovena y postrera edición del Gran Premio de Malasia, Vettel se propone obtener un resultado que le permita apuntar hacia las citas de Japón, Estados Unidos, México, Brasil y Abu Dabi con posibilidades de disputarle el título a su máximo oponente.

Tiene nombre y apellido: Lewis Hamilton, ganador de siete de las catorce carreras disputadas. En un momento dulce para él, el piloto británico elevó a 60 su número de victorias en la Fórmula 1 gracias a sus recientes éxitos en Bélgica, Italia y Singapur. En este tiempo ha construido un margen suficiente para permitirse un error. Así, sin urgencias, suspira por su sexto podio en el autódromo ubicado a 40 kilómetros de Kuala Lumpur.

En las carreras de 2012 y 2013 fue tercero; en 2007 y 2015, segundo. Triunfó únicamente en 2014. El pasado año, cuando podía empezar a intuirse una nueva victoria del británico, le sorprendió un problema de motor.

En la despedida de Sepang como sede de una de las pruebas del Campeonato del Mundo, Lewis Hamilton quiere olvidar aquel desafortunado lance. Tiene, además, a su alcance una nueva hazaña en un circuito icónico, en el que firmó la pole en 2012, 2014, 2015 y 2016. Si se desmarca con el mejor crono en la sesión de clasificación, igualaría las cinco de Michael Schumacher.

La ambiciosa perspectiva de Mercedes contrasta con la creciente necesidad de Ferrari y de Red Bull, grandes alternativas en un gran premio donde la filial de la escudería de la bebida energética ha adoptado una medida drástica. Ni en Malasia ni en Japón contará con el ruso Daniil Kvyat, batido en todas las estadísticas por el español Carlos Sainz. El madrileño, que viene de rubricar en Singapur la actuación más destacada de su carrera al finalizar en la cuarta plaza, compartirá garaje con el francés Pierre Gasly, de 21 años y vigente campeón de la GP2.

"No voy a entrar a comentar esta decisión. Sé que Pierre cumple un sueño y le doy la enhorabuena por ello, pero lo que pase al otro lado del garaje a mí me tiene que importar poco", se excusó Sainz, que como el asturiano Fernando Alonso aspira a aliarse con el clima tormentoso que se espera en Sepang para lograr un buen resultado.

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