Pedro Iglesias Aymerich cumple su cuarta temporada en el OAR Coruña en un magnífico estado de forma. Y para certificar esta afirmación baste con decir que, con treinta tantos, es el máximo goleador de la Primera Nacional después de tres jornadas.

Iglesias es un jugador total. Como dice su entrenador, Pablo Aguirregabiria: "Lo tiene todo para la práctica del deporte".

Es un jugador muy regular, constante en su intención de ataque; sacrificado en defensa y generoso en los contragolpes. Siempre aporta soluciones, y es especialista en abrir defensas. Además, también puede presumir de ser un experto en los lanzamientos de media distancia.

Su repertorio y variedad de acciones le permiten ser uno de los jugadores más completos de la liga. Su cometido en el equipo pasa por dirigir los sistemas y procedimientos tácticos ofensivos, además de ocupar un rol principal en el centro de la defensa.

Pedro es un jugador rápido con amplio control del campo visual en las transiciones, lo que le permite organizar los contraataques con gran eficacia y velocidad, y tomar las decisiones más acertadas.

Su baja estatura, para la posición de central, la supera con recursos técnicos de muchos quilates. Tiene una gran base, y unos fundamentos que sirven de ejemplo para todos los niños de las categorías inferiores del club.

El nivel de esfuerzo y capacidad para superar cualquier dificultad lo convierten en un jugador constante, que siempre va al cien por cien. Siempre rinde por encima de lo que se le puede exigir a cualquier jugador y también es todo un espectáculo para los aficionados al balonmano. Ver a Pedro pelear y superar a defensores con mucha altura que él es algo inolvidable para la grada, que agradece siempre este tipo de esfuerzos titánicos. Su gran calidad técnica, acompañada por una afilada inteligencia en el juego, hacen de Iglesias una joya sobre el parqué.

Para los que lo rodean, es un joven maestro de este deporte dentro de la pista, con nivel suficiente para competir en cualquier categoría profesional.

Y también destaca fuera de la pista, como futuro arquitecto, donde incluso sus profesores universitarios comentan al cuerpo técnico oarista la gran joya que tienen la suerte de tener como alumno. Un diez total.