Aunque quedan instrumentos de la orquesta por afinar, la melodía del Leyma Básquet Coruña ayer sonó mucho mejor que la del primer encuentro. Y de premio, la victoria ante su afición por 76-68.

El conjunto de Aranzana consiguió vencer al Araberri de Antonio Pérez poniendo en práctica lo dicho en la previa, controlando el ritmo y cargando el juego interior.

En el primer cuarto del choque, el Leyma puso en marcha su plan. Consiguió más rebotes que el rival y supo ralentizar su salida al contragolpe. Sin poder hacer su juego a la carrera, el equipo vitoriano se vio un poco perdido y acabó por debajo en el marcador. Los 9 puntos de Gilling en los diez minutos iniciales neutralizaron los errores de Hernández Sonseca, al que todavía le queda mucho que afinar para no desentonar en la orquesta naranja.

El segundo cuarto estuvo marcado por la entrada a la pista de un gran Sergio Olmos que consiguió sus primeros cuatro puntos en menos de un minuto.

El Leyma siguió parando el juego rival y permitió las mínimas contras posibles. Gracias a esta concentración defensiva llegó una ventaja de dieciséis puntos pero un parcial de 1-5 en los últimos minutos hizo que el Araberri recortase distancia hasta el 38-28.

Tras el descanso llegó el peor parcial de los locales. Araberri mejoró su porcentaje de tiro y metió una marcha más a su juego. Con mayor intensidad en toda la pista consiguieron empezar el último cuarto a sólo cuatro puntos.

Los diez minutos finales se esperaban inciertos, pero las ganas de dar una alegría a la afición hicieron que los jugadores del Leyma defendiesen con uñas y dientes la ventaja. Y a diecinueve segundos para el final, Gilling anotó un triple que dejaba el marcador en el 76-68 final para desesperación del rival.