Cristiano Ronaldo se reencontró ayer con el gol en la Liga para dar la victoria al Madrid, que ganó 1-2 al Getafe en un choque gris del conjunto blanco que arregló el delantero portugués a falta de cinco minutos para el final.

El jugador luso necesitaba marcar. Su sequía en el torneo de la regularidad duraba demasiado tiempo. Hace mucho que no era protagonista, salvo en Europa, donde sus goles lucen como siempre. Y, en el Coliseum Alfonso Pérez, volvió a celebrar algo por el bien de su equipo, que jugó con fuego y estuvo a punto de quemarse.

Zidane, que celebró su duelo número 100 sentando en el banquillo madridista, apostó por un regreso a la Liga con rotaciones para dar descanso a algunos hombres que disputaron muchos minutos con sus selecciones.

Sin Modric, Casemiro, Varane o Isco, futbolistas como Llorente, Nacho, Lucas Vázquez o el marroquí Achram, tuvieron su oportunidad en el día que regresaron Marcelo y Benzema.

Con esos nombres, el Madrid tenía que hacer algo que se le da muy bien esta temporada: ganar fuera de casa. Con espacios, el conjunto blanco es más eficiente. Y a domicilio, donde sus rivales no se cierran tanto como en el Bernabéu, tiene más opciones de desarrollar una de sus mejores virtudes.

Pero Zidane tal vez no contó con encontrarse con un equipo que se echó atrás desde el primer minuto. El Getafe se encerró en su parcela del campo, como hizo contra el Barcelona, a la espera de algún contragolpe con el que intimidar a su rival.

Con ese guión inesperado, el Madrid se atascó. Aunque acaparó la posesión de la pelota, la encerrona del equipo de Bordalás surtió efecto. Pero, aún así, el cuadro madridista contó con alguna opción para marcar antes del tanto de Karim Benzema en el minuto 39. El tanto de Benzema hizo justicia en el marcador. Aunque el Real Madrid no brilló ni ofreció una buena imagen, por lo menos controló el partido y se marchó al vestuario por delante en el marcador. Además, el Getafe no daba señales de vida. Todo estaba aparentemente controlado. Pero el fútbol es un deporte cambiante. Del 0-2 se pasó al 1-1 en un suspiro. Y todo por culpa de Guaita, que volvió a salvar a su equipo con una parada espectacular a Cristiano. Entre el exdeportivista Fayçal y Jorge Molina ensamblaron el empate. El 1-1 sorprendió al Madrid, que se agarró a Ronaldo para evitar otro tropiezo.