La natación une a los hermanos Macarena y Marcos García Garay. Comparten pasión por la piscina, equipo en el Club del Mar, prueba favorita, los 400 estilos, y también resultados, pues ambos son medallistas nacionales. Pero esta temporada perseguir sus sueños también los separa. Por lo menos en kilómetros, a casi seis mil de distancia. Y es que ella, recién cumplidos los 18 años, ha decidido dar el salto y marcharse a entrenar a Estados Unidos, donde se ha enrolado en la Universidad de Toledo (Ohio). Y él, el mediano de la familia con solo 16, también cambió este curso el seno paterno en A Coruña para progresar en el Centro Galego de Tecnificación Deportiva en Pontevedra. Carmen, la pequeña, es la nueva dueña del hogar. "Nuestros padres seguro que nos echan mucho de menos pero ella estará encantada, que se ha quedado con toda la casa para ella", bromea Macarena.

Ella ya llevaba un par de cursos fuera de casa, precisamente en el CGTD de Pontevedra. "Fueron dos años de diez en los que aprendí mucho y los compartí con personas increíbles. Sin duda no los cambiaría por nada del mundo", asegura. Campeona de España júnior y multimedallista en categorías inferiores -en su primer año como absoluta fue cuarta-, ya pasaba los veranos en Estados Unidos y le tocaba dar un paso más. "Me costó mucho decidirme, me daba una pena increíble dejarlo todo en España", recuerda. Para su hermano Marcos la decisión fue más fácil: "Ya me lo había planteado hace unos años porque allí se compaginan mejor los entrenamientos y los estudios. Además Macarena me contó que estaba muy bien y muy a gusto en Pontevedra y que irse para allí fue una buena experiencia".

También está siendo desigual su adaptación a su nueva realidad, para Marcos mucho más natural y un poco más difícil para Macarena. "He pasado por varios altibajos y seguro que me quedan unos cuantos más", comenta entre risas la mayor. "Aunque es más o menos como me lo esperaba: tienes que organizarte tú para ir a tus clases, no perderte por el campus, cuidar la alimentación... para mí lo más duro es levantarme a las cinco de la mañana para ir a entrenar los días que doblamos sesión porque siempre fui una chica muy dormilona y en Pontevedra lo hacíamos a las diez y media de la mañana", aclara.

Hay muchas diferencias. "Hacemos la mitad de metraje que en Pontevedra y, por ahora, también la mitad de intensidad pero me imagino que cambiará según avance la temporada", reconoce. Para bien, le sorprendieron las instalaciones universitarias. "Están a años luz de las que hay en España", dice y enumera: "Tenemos dos o tres gimnasios, piscina de natación, de saltos, sala de fisioterapia, crioterapia, rehabilitación, salas de cardio, escalada, innumerables canchas de baloncesto y fútbol, estadio de fútbol americano, pistas de atletismo, tenis...". Pero también hay aspectos negativos ya que las competiciones son menos exigentes en cuanto a series. "No sé si me va a beneficiar por la falta de presión o perjudicar por la falta de seriedad", opina.

A Marcos el comienzo del curso no le trajo ninguna sorpresa. "Es como me lo esperaba, ni más duro ni menos fácil", opina sobre sus nuevas rutinas en Pontevedra. Por la mañana va a clases, interrumpidas para hacer una sesión de entrenamiento. Por la tarde, más piscina y gimnasio y por la noche, horas de estudio y descanso. Mucho trabajo para seguir con su enorme progresión. Y es que 2016 fue el año de su explosión en la piscina con su primera medalla nacional, una plata infantil en 400 estilos. "Me sentí muy contento y satisfecho por el trabajo de esa temporada y las anteriores", recuerda.

"Para este año espero repetir podio nacional y ser convocado con la selección gallega para el Campeonato de España por comunidades", añade. Su carrera estaba monotorizada hasta este año por Pablo Barrós en el Club del Mar y ahora le dirigirán Luisa Domínguez y Fernando Zarzosa. "Esperan que mejore mucho y consiga ser uno de los mejores nadadores de España de mi edad", expone sobre las expectativas de sus nuevos entrenadores. Él se exige a sí mismo mejorar la técnica en el estilo a braza.

Su hermana, que el próximo mes visitará Galicia y aprovechará para nadar el Campeonato Gallego, prefiere no marcarse ningún objetivo. "Está siendo y va a ser un año duro psicológicamente así que lo intentaré disfrutar lo máximo posible, como me aconsejaron mis anteriores entrenadores -Pablo Barrós y Luisa Domínguez- ya que no sé qué pasará los próximos años", comenta. Aun así, su potencial es enorme y no pasa desapercibido a su nuevo técnico, el sueco Jonas Persson, que cree que puede ganar el Campeonato de la Conferencia (MACs), sobre todo en 400 estilos. Una coruñesa que puede triunfar en la meca mundial de la natación. Estados Unidos es la primera potencia de este deporte con una larga lista de estrellas encabezada por Michael Phelps.