¿Por qué cada vez hay menos afición al hockey sobre patines en A Coruña? Porque se ha dejado de cuidar la cantera. Seguramente haya otros muchos factores, pero para Gianni Massari, una de las mayores eminencias del mundo en el trabajo con la base, esta es la principal razón. El italiano regresó este fin de semana con nostalgia a un Palacio de los Deportes de Riazor escenario de su consagración en 1988, cuando se proclamó campeón del mundo como entrenador de la selección de su país. "Me deprime que en una de las patrias del hockey haya tan poca gente que vaya a los partidos. Durante el Mundial había casi diez mil personas y un ambiente increíble", valora sobre su reencuentro con la ciudad.

Después de ganarlo todo a nivel profesional, Massari se dedicó a moldear desde los cimientos a algunas de las mejores generaciones del hockey italiano. Lo que podía parecer un paso atrás, dejar los equipos de elite, fue para él un paso adelante. "Trabajar con los niños es siempre una inversión para el futuro. Es una cosa que todo el mundo tiene que saber. Es muy importante", opina. Por sus manos pasaron jugadores que marcaron una época como los hermanos Mariotti y Bertolucci, Roberto Crudeli y Pino Marzella y ahora los Cocco y Compagno que asombran a Europa. "El más difícil de domar fue Crudeli. Marzella conmigo siempre fue bien, aunque sin mí era un desastre. Conmigo todo el mundo se portaba bien porque al primero que estallaba, lo mandaba a casa", recuerda. "Por eso ahora Crudeli es un gran entrenador. Los errores de uno son los que difícilmente se perdonan en los demás. Crudeli les dice a los jugadores: 'No hagáis como yo, haced como digo yo'".

Su trayectoria le da autoridad para hablar desde la preocupación, pero con esperanzas de futuro. En A Coruña, dio una conferencia dentro del marco del Torneo Eixo Atlántico para intentar transmitir a los nuevos entrenadores estas inquietudes. "Solo hay una manera de que se pueda salir adelante: los niños", sentencia. "La vía es simple, trabajar mucho con la cantera con profesionalidad y pasión", añade. Porque el hockey sobre patines es un deporte apasionante y espectacular, pero hay que saber transmitirlo. "Los tiempos han cambiado. Hoy no existe el niño de hace treinta años. Hay muchas otras alternativas. Nosotros, los entrenadores, más bien los educadores, tenemos que dar un salto de calidad y adecuarnos a esto. Comunicar y hablar de una manera diferente", expone. La clave es inculcar a los más pequeños el amor por este deporte. Ellos contagiarán al resto.

"Hay que hacer comprender a los jóvenes que trabajando mucho con esta edad, se consiguen resultados. Ellos son el futuro de nuestro deporte", sigue. El hockey sobre patines es un deporte muy técnico, el que más. "Hay que patinar a mucha velocidad, conducir la bola con el stick y la bola no se puede levantar", enumera. Es lo más difícil de enseñar, pero precisamente es según Massari, que recientemente ha publicado un libro de 360 páginas en el que repasa esta cuestión - L'Hockey su pista. Dalle indiv udialità al gioco di squadra tra habilità e ultrahabilità-, en lo que más hay que insistir. Como hacen en Portugal, donde cree que es donde mejor se están haciendo las cosas en la actualidad por encima de Italia e incluso España. "Es una cuestión de una mayor pasión y entusiasmo pero también de profesionalidad", valora.

Un problema habitual es que la cantera no suele tener hueco y oportunidades en las categorías superiores de sus equipos. El italiano sería partidario de instaurar una norma mundial por la cual, de los diez jugadores de las plantillas, "cinco sean jóvenes". Algo que sería complicado para aprobar "porque si no el Barcelona no podría ir a por tres argentinos, dos portugueses...", critica. Una solución es crear una red de torneos para los jugadores canteranos, "Si no se hacen esas cosas, los niños se cambian de deporte. Tenemos que comprender los problemas y resolvernos", apunta y cree que la actual directiva del FIRS está haciendo un gran trabajo, sobre todo con los World Roller Games, que fueron el pasado verano en China y repetirán en 2019 en Barcelona y en 2021 en Buenos Aires, pero también con un Mundial sub 20, un Mundial sub 17, un Europeo sub 15... "esto tiene que ser la motivación de la cantera".