Es un orgullo para el OAR Coruña ver cómo uno de sus jugadores de cantera, Diego Martínez, se convierte en el máximo goleador de todas las categorías nacionales y profesionales, llegando a los 100 goles en 12 jornadas de liga en la Primera Estatal. A este ritmo Diego podría acabar logrando un récord histórico de tantos en una temporada: 300. Sus números rompen moldes y estadísticas.

Diego es un jugador coruñés formado en el OAR desde los 8 años y recién cumplidos los 20 años ha superado todas las expectativas como deportista con un crecimiento y una progresión que merece todo reconocimiento.

Se inició en el balonmano en el colegio San Francisco Javier al mismo tiempo que era portero del Portazgo de fútbol. En el OAR comenzó siendo uno de los chavales que mejor se lo pasaba en la pista, siempre sonriente y con una gran actitud. Desde siempre es un jugador que se divierte con sus compañeros, y que hace piña, gran defensor de los suyos y de su club.

Nadie podía prever hace una década que Diego se fuese a convertir en un jugador que marcase diferencias en la competición. Su puesto, el lateral izquierdo lanzador siempre está predestinado en la competición nacional a jugadores del norte de Europa con gran envergadura y mucha fuerza. A priori estas características no correspondían al chico, que parecía no querer molestar y pasar desapercibido, siempre educado y siempre dispuesto a entrenar y competir.

Tras muchas horas de entrenamiento, Diego Martínez se ha convertido en uno de los referentes de la cantera coruñesa en los últimos años, en los que ha pasado de ser un juvenil que disputaba algunos minutos con el primer equipo, a marcar diferencias y sufrir marcajes individuales a pesar de los cuales ha conseguido ser el pichichi del balonmano profesional español. Sus números van camino de hacer historia y como muestra de esta previsión baste señalar que en estos momentos Diego lleva ocho goles más que el máximo goleador de la ASOBAL.

El lateral coruñés es uno de los jugadores nacionales que más ofertas tendrá de equipos profesionales para la próxima temporada, pero siempre ha sido fiel a su escudo, a su club de toda la vida. En las últimas temporadas ha desechado varias ofertas para seguir apoyando al balonmano coruñés y para mantener al OAR lo más cerca posible de la División de Honor B, proyecto que vivió desde la grada siendo uno de los jugadores de base.