El Barça se deshizo sin problemas de un Sporting de Portugal que no tuvo ninguna ambición en un partido que se le hizo cuesta arriba, ya que no sólo necesitaba una victoria, sino que para clasificarse para octavos también requería que el Juventus no ganase en el campo del Olympiacos.

El Barça sumó un nuevo triunfo en un partido en el que no tenía ningún exigencia deportiva, ya que desde la anterior jornada ya se había hecho con la primera posición.

El Barcelona apostó por una delantera sin Messi, que estuvo en el banquillo, y el juego azulgrana notó la falta de la chispa que le suele poner el argentino. No obstante, Denis Suárez asumió el rol de darle el toque de creatividad que necesitaba el equipo de Ernesto Valverde.

El Sporting adoleció de ambición porque no dependía de sí mismo, ya que la derrota del Juventus era una ilusión.