Tercera jornada de la Liga Europea. Tercer partido para el Liceo en nueve días. Y uno de esos en los que no se puede despistar. Los verdiblancos visitan Dinan (Francia) para medirse al Quevert (21.00 horas), colista del grupo D pero un equipo capaz de hacer mucho daño si la concentración no es del cien por cien. Aunque a priori es el más fácil, en casa y más descansado puede ser peligroso aunque no haya conseguido ganar ninguno de sus dos compromisos anteriores europeos. El conjunto de Juan Copa, que se impuso en Italia al Lodi y empató en casa contra el Sporting, necesita los seis puntos de sus duelos ante los franceses (el de hoy y el del próximo 13 de enero en A Coruña) para afrontar los dos últimos, en casa contra el Lodi y en Lisboa frente al Sporting, con todas las opciones de clasificarse para cuartos de final y si puede ser como primero de grupo, mejor.

El Liceo se encontrará con un equipo que aunque perdió claramente ante el Sporting (6-1), dio guerra al Lodi, que solo pudo ganar por 2-3. Además, es segundo de la liga francesa con 19 puntos -el líder, con 20, es el Saint Omer del coruñés Jacobo Mantiñán-. Dos jugadores son la base del equipo francés, un portero y un delantero. Al que defiende las redes lo conoce perfectamente el Liceo. Es el argentino Valentín Grimalt, que pese a estar solo una temporada, la 2014-15, en el club verdiblanco dejó un inmejorable sabor de boca. El meta fue contratado cuando una lesión obligó a Xavi Malián a pasar por el quirófanoXavi Malián. Entre el canterano Álvaro Shehda, ahora en el Alcobendas de Primera Nacional, y Grimalt, casi hicieron olvida la ausencia del ahora campeón del mundo y hoy por hoy uno de los mejores, sino el mejor, en su puesto.

El de Mendoza evita los goles y Toni Seró los marca. El veterano delantero, que acaba de cumplir 35 años -el pasado miércoles- fue un clásico de la OK Liga, sobre todo en las filas del Noia, aunque también pasó por las del Lleida. Después, hizo las maletas y cruzó la frontera para buscar suerte en Francia. Allí vive una segunda juventud, convertido prácticamente en el perenne pichichi de la liga del país galo. Lo fue con el Quevert en la temporada 2013-14, en la que su equipo se proclamó campeón y él se fue hasta los 53 goles. Repitió en la siguiente, cuando militaba en las filas del Saint Omer y marcó 45. En la 2015-16 jugó menos partidos, 14, por lo que sus números bajaron hasta 21 goles. Y la pasada campaña ganó la Copa de Francia junto a los coruñeses Neto Barrós y Jacobo Mantiñán con el Saint Omer y fue cuarto en la lista de goleadores con 34 dianas (una menos que Mantiñán). En esta, de nuevo en el Quevert, lidera la tabla con 20 en 8 encuentros. Un peligro constante.