El deporte está repleto de románticos sin los que no se podría entender. Uno de ellos es Jorge Estébanez, presidente del Club Hockey Oleiros. En un municipio sin casi tradición con los sticks, aprovechó el trabajo de la escuela municipal, que había nacido en 2013, y fundó un club para los niños y que, con ellos, no deja de crecer desde abajo. Son casi ya cien niños, todos menores de 14 años. Y la gran parte, 65, en las categorías micro y prebenjamín, lo que les hace soñar con un gran futuro a medio y largo plazo. Y todo en un ambiente ante todo familiar. "Lo prioritario es fomentar el compañerismo y el sentimiento de club, construir equipos sólidos donde los jugadores sean sobre todo amigos y potenciar que convivan y se relacionen fuera incluso de este entorno", señala el propio Estébanez.

La filosofía es muy clara. "Como club dedicado a la base, nos interesa fundamentalmente la educación en valores y el trabajo en equipo, por lo que pretendemos potenciar la dimensión social y formativa por encima de la competitiva", continúa. Para conseguirlo, organizan desplazamientos a partidos, viajes y excursiones, churrascadas y otras fiestas para que los niños y sus familiares confraternicen. Pero también, a través de un grupo de trabajo de tres entrenadores, Willy Domínguez y Neto Barrós (exporteros del Cerceda) y Hugo Sobral -además de Silvia, que ayuda con la escuela- con un claro perfil de educador.

Ellos tratan que todos los niños jueguen los mismos minutos en todos los partidos, supeditando siempre el resultado deportivo al interés del grupo. "Queremos que todos los miembros del equipo disfruten y se sientan igualmente importantes en los triunfos y en las derrotas, que sea cual sea el resultado obtenido salgan de la pista satisfechos del trabajo hecho, orgullosos de pertenecer al Oleiros y enamorados de practicar el deporte más bonito del mundo", sentencia Estébanez.

El trabajo bien hecho tiene sus resultados. El club no deja de crecer y cuenta ya con nueve equipos, destacando el debut de las chicas, que participarán en la Liga Gallega sub 16 y también la inclusión de los veteranos, con jugadores tan importantes en la historia del hockey coruñés como el argentino Facundo Salinas y el ex de Liceo y Dominicos Willy Duarte. Estos han levantado grande expectativas porque son un espejo para los niños ya que el club, de momento, no cuenta con categorías superiores.

Y este es precisamente uno de los objetivos a medio y largo plazo. "El futuro estará en completar las categorías desde micro hasta sénior, que creo que tardaremos siete u ocho años. También consolidarnos en la categoría femenina en la que vamos a debutar esta temporada. A nivel social esperamos adecuar nuestra estructura a los nuevos tiempos que se avecinan y ayudar al CEIP Rabadeira a erigirse en el colegio público de referencia para la práctica del hockey sobre patines en la provincia de A Coruña", señala. "Aunque no renuncia a cotas todavía mayores: esperamos que en unos años alguno de nuestros equipos pueda estar luchando por los primeros puestos de la Liga Gallega de su categoría y, por qué no, por participar en algún sector. Y es que al final, de la cantidad saldrá sin lugar a dudas la calidad que nos permitirá ser más ambiciosos también en esta faceta".