Once victorias en liga de doce posibles. 52 goles a favor y 19 en contra. 33 puntos. Son los números de un Liceo líder que ya manda en solitario en la clasificación de la OK Liga tras imponerse ayer al Igualada en Les Comes por 2-4 y el empate, logrado en el último minuto, del Barcelona ante el Vic (3-3), contra el que precisamente los coruñeses defenderán el liderato el domingo en el Palacio de los Deportes de Riazor (12.30 horas). El esfuerzo titánico del conjunto que dirige Juan Copa tiene su recompensa. No es fácil aguantar la presión física y psicológica del mano a mano con el Barça. Menos con el ritmo de partidos que están acusando ambos con cuatro compromisos en los últimos once días -Alcoy, Lloret, Quevert e Igualada-. Fueron los azulgranas los que pincharon antes porque los verdiblancos tienen fuelle, ambición y juego para rato. Tres argumentos para la ilusión, que se desborda con la ventaja de dos puntos sobre los culés a falta de dos partidos para terminar el año.

Un encuentro en Les Comes siempre es uno de esos considerados trampas. Puede estar más arriba o más abajo en la clasificación el Igualada, pero en su cancha hay que tenerlo en cuenta. Además en esta ocasión los manresanos se presentaban al choque bien posicionados, de nuevo entre los grandes, con un equipo joven e ilusionante y tras obligar al Barcelona a poner todo sobre la mesa para ganarle por solo 2-0. Si a eso añadimos el posible cansancio acumulado por los verdiblancos, la alerta era elevada, pero también motivante porque puntuar en esta pista, como ya se hizo en la del Noia en el inicio de la competición, son puntos extra de cara a la segunda vuelta.

La expresión "más fresco que una lechuga" empieza a cobrar nuevos significados. Porque lo de los jugadores del Liceo, que comparten con este vegetal el color verde de sus camisetas, parece de otro mundo. Quizás porque a donde no llegan las piernas y las fuerzas, alcanza la moral y esta está por las nubes. Lo demuestra que empiezan muchos de sus partidos marcando en los primeros cinco minutos. En Igualada lo hizo Josep Lamas. Roger Bars empató al poco tiempo, pero volvió a poner por delante a los verdiblancos el enrachado Carlo di Benedetto, que venía de marcar cuatro goles ante el Quevert. David Torres, antes del descanso, dio la puntilla. La segunda parte se convirtió en una protesta continua del público igualadino, que metía presión a los árbitros. Pitaron un penalti, que Xavi Malián paró a César Vives. Y la falta directa por la décima liceísta, que sí aprovechó Sergi Pla para recortar. La remontada estaba cerca, pero Sergi Miras sentenció a la contra no solo el partido, sino también el liderato.