El Atlético de Madrid se impuso (3-0) ayer a la UD Las Palmas, gracias a los tantos de Antoine Griezmann, Fernando Torres y Thomas Partey en una segunda mitad en la que los canarios se desinflaron y sufrieron su cuarta derrota en los últimos cinco encuentros de LaLiga Santander, para seguir en el penúltimo puesto de la tabla.

Los rojiblancos superaron una semana en la que cayeron en los cuartos de final de la Copa del Rey frente al Sevilla y en la que empataron contra el Girona en casa, gracias a los goles tras el descanso del francés y el español, aprovechando los espacios que dejaba una defensa visitante adelantada.

Tras el descanso, la intensidad grancanaria empezó a decaer. Como ya les sucediera frente al Girona dos jornadas atrás, los de Paco Jémez se vieron avasallados en el segundo tiempo y empezaron a perder las esperanzas de infligir la primera derrota liguera del Atleti en el Wanda Metropolitano. El francés Griezmann se encargó de terminar con las ilusiones visitantes. El delantero recibió un balón de Juanfran a la espalda y, con campo abierto por delante, se plantó ante Chichizola para batirle con un balón picado.

El tanto espoleó a los madrileños, que pudieron ampliar su renta en dos ocasiones claras más en apenas unos segundos. Yannick Carrasco, que salió en la reanudación por Koke, estuvo a escasos centímetros de marcar el segundo con un disparo que acabó fuera, mientras que Griezmann volvió a toparse con el poste en un nuevo intento de vaselina.

El técnico canario trató de reforzar a un equipo que decaía ante la intensidad colchonera, dando entrada a Vicente Gómez y a un Nacho Gil que debutó tras llegar cedido esta semana del Valencia. Los esfuerzos fueron vanos, ya que Torres, en un nuevo contragolpe que sentenció el choque.

Con el encuentro finiquitado, Simeone dio minutos a un Víctor Machín, Vitolo que jugó el primer tramo de la temporada en Las Palmas, y reforzó la medular con la entrada de Thomas Partey. En diez minutos, al ghanés le dio tiempo a redondear el marcador con el 3-0 a puerta vacía, tras una conducción de Carrasco.