El Barcelona sumó una nueva victoria frente al Athletic, manteniendo su condición de líder indiscutible e invicto gracias a una gran actuación colectiva en la primera mitad y, en especial, de un Leo Messi que desarboló con su juego y un gol la defensa de un rival tocado tras la eliminación de Liga Europa.

Las bajas importantes en el once blaugrana de Busquets, por lesión, y Luis Suárez, por sanción, apenas tuvieron repercusión en un conjunto que encontró una vez más en Messi su referencia ofensiva y en el trabajo en bloque en la presión adelantada la manera de ahogar cualquier intento oponente.

El argentino avisó a balón parado, antes de combinar por enésima vez durante esta temporada con un Jordi Alba que en esta ocasión optó por asistir a Alcácer. El valenciano aprovechó la ausencia de Suárez para anotar su primer tanto de 2018 pocos minutos después del arranque del partido en el Camp Nou.

El tempranero tanto evidenció las dudas de un Athletic con posible fatiga y en mal momento anímico, después de su caída en los octavos de Liga Europa frente al Marsella del pasado jueves. Ante su ex equipo, Ernesto Valverde no tuvo piedad y ordenó una presión adelantada que puso en apuros a los vascos.

Con los bilbaínos encerrados en su campo, Kepa y los postes evitaron una goleada antes del descanso. Dembélé, en su mejor momento como jugador culé, se topó en dos ocasiones con las buenas acciones del guardameta, mientras que Coutinho, en dos ocasiones, y Paulinho, en otra, se estrellaron con la madera.

Al que no hubo forma de frenar fue a Messi, que recibió un pase de Dembélé en la frontal del área para ampliar la ventaja con un disparo cruzado raso. El segundo tanto certificó la superioridad visible del Barcelona en una primera mitad en la que Ter Stegen estuvo inédito.

Tras el descanso, Kuko Ziganda intentó cambiar la marcha del partido moviendo un banquillo en el que contaba con los sorprendentes suplentes Williams y Aduriz. Sin embargo, el técnico optó por reforzar el centro del campo con la entrada de Iturraspe para tratar de frenar la sangría de ocasiones local.

La modificación provocó un cambio de actitud que desembocó en los mejores minutos visitantes, con tímidos acercamientos liderados por el jugador en punta, Sabin Merino. Esta sustitución niveló el juego, aunque los bilbaínos no lograron el acierto para recortar diferencias, a pesar del ingreso al terreno de juego de Williams y Aduriz.