A Coruña es una ciudad íntimamente ligada al patín, ya sea en hockey sobre patines o en patinaje artístico. Pero en los últimos años otro patín, el inline, cobra fuerza. El ejemplo es el del Alquimia. Nació en agosto de 2011 y antes de cumplir los siete años ya ha pasado de 16 a 300 fichas en sus diferentes modalidades, el hockey, el patinaje de velocidad, el freestyle o las rutas de fin de semana. "Es un patín con mucha más versatilidad en la calle, más cómodo, y eso hace que la gente se decante más, pero tampoco hay por qué elegir, hay muchos que compatibilizan ambos", dice Silvia González, una de las presidentas y fundadoras del club.

Ella está al frente del hockey. Su carrera comenzó en el tradicional. "Jugué muchos años en el INEF Galicia y también estuvo en el Raxoi", recuerda. Después tuvo que colgar los patines cuando se marchó a México por motivos laborales. A su regreso, surgió la oportunidad con el Alquimia. "Y me engancharon, aunque a mí con esto de los deportes es muy fácil engancharme", bromea. Pasó por Lugo, cuna gallega de este deporte, donde estuvo dos temporadas con el Meigas. Y ahora expande conocimientos en A Coruña. "Estamos creciendo mucho. Empezamos con cursos solo para adultos pero ya tenemos niños, nos hemos ido especializando y hemos sacado este año en liga gallega un equipo masculino, otro femenino y uno infantil y otro benjamín, estos dos últimos mixtos", señala.

El Alquimia entrena, con una campeona del mundo júnior en sus filas, la lucense Andrea Ferreiro, entre la Polideportiva de Riazor y y el Palacio de los Deportes gracias a un convenio con el Ayuntamiento y otro día en el pabellón de Os Campóns de Cambre. Su ilusión es "llegar a nivel nacional", pero necesitan tiempo. Sin prisa, pero sin pausa, continúan trabajando en todas las facetas, incluso hacia la inclusión con el programa de la Fundación Emalcsa con el que también pone su grano de arena.