El Liceo se enfrenta de nuevo a su peor pesadilla. La sufrió la semana pasada, cuando fue eliminado de la final a cuatro de la Liga Europea pese a llegar a Reus con tres goles de ventaja. Y vuelve hoy al mismo escenario (Palau d'Esports, 21.00 horas) donde vivió la debacle europea hace siete días con el 7-2 que le costó sus aspiraciones en la máxima competición continental. Ahora lo que está en juego es la OK Liga, con los verdiblancos en la lucha por el título, solo dos puntos por detrás del Barcelona y con cuatro más que los que tiene su rival de esta noche. Y el honor. Porque dos derrotas seguidas demostrarían que no fue una casualidad fruto del mejor día de los rojinegros y el peor de los coruñeses. Y el Liceo se ha mostrado mucho más regular que su oponente como para tropezar dos veces en la misma piedra.

El Reus, no obstante, repetirá el guión. O lo intentará. Empezando por crear un ambiente asfixiante. Ha rebajado de nuevo el precio de las entradas hasta los dos euros para volver a llenar el pabellón, tres mil espectadores para meter presión en cada jugada. En cuanto al juego, la semana pasada desbordó a los verdiblancos en todos los sentidos y facetas, pero lo cierto es que se encontró con poca oposición. El equipo dirigido por Juan Copa salió a defender los tres goles de renta y se llevó siete. Los jugadores del Liceo tienen que estar dolidos en su orgullo. La semana ha sido dura. Y eso les hace más peligrosos. También porque ahora solo tienen un clavo al que agarrarse, la liga, y esta se le podría escapar un poco si pierden en Reus y el Barcelona gana antes en Alcoy.

Todavía quedan siete jornadas de OK Liga, pero el margen de error se estrecha. La victoria en Reus tendría un doble valor porque además alejaría a los rojinegros de la lucha, ya que se quedarían a siete del Liceo y a nueve del Barcelona, e incluso el conjunto coruñés prácticamente se aseguraría el subcampeonato liguero a la espera de un pinchazo de los azulgrana. Alcoy, Lloret, Igualada, Vic, Lleida, Voltregá y Noia es el calendario que les espera a los de la Ciudad Condal. Los mismos rivales que una semana después tendrán los verdiblancos (salvo el Noia, terminan contra el Voltregá).

La necesidad es mayor para el Liceo. Y también tiene mucho que demostrar. Es hora de poner la alarma y despertar de la pesadilla. Porque el 7-2 no es el reflejo ni de su excelente temporada ni del nivel de una plantilla y otra. Si los coruñeses hubiesen jugado como acostumbran, la diferencia nunca sería esa. Por eso este tiene que ser otro partido. Con un 0-0 desde el inicio, el Liceo desplegando sus cartas, su sobriedad defensiva, la seguridad de Malián y un acierto de sus goleadores que tiene que mejorar.