El sábado se vivió algo insólito en la OK Liga. Dos jugadores coruñeses coincidieron sobre la pista en las filas del Barcelona. A Ignacio Alabart, que se incorporó esta temporada a la primera plantilla culé tras pasar por La Masía y dos años de cesión en el Voltregá, se le unió Antonio Miguélez, conocido como Chino, que debutó en la máxima categoría después de tres años en el filial azulgrana. Y los dos, salidos de la misma cantera, la de Compañía de María. "Estamos muy contentos y orgullosos de ellos", dice Josep Sellas, que fue su entrenador durante cinco y ocho años, respectivamente, cuando todavía estaban en A Coruña. "Para todos los que hemos estado con ellos, es lo mejor que nos podía pasar", añade.

Tanto Alabart como Miguélez son amigos y compañeros desde hace muchos años, prácticamente la mitad de sus vidas. No son de la misma edad, ya que Ignacio es de la generación de 1996 y Chino, de la de 1997, pero sí que compartieron equipo y éxitos en Compañía de María, donde ya apuntaban maneras. Alabart fue el primero en hacer las maletas para entrar en La Masía. Jugó como juvenil en el filial azulgrana y cuando Primera División se quedó pequeña para su enorme clase, fue cedido al Voltregá para que se fogueara en la OK Liga. Chino siguió sus pasos poco después. Ya en su etapa universitaria se marchó a Barcelona y se integró en el equipo júnior, con el también coruñés Fran OteroFran Otero, y también jugó con el filial. Ha sabido esperar pacientemente tres años a que llegara su oportunidad el pasado fin de semana.

"¡Felicidades Chino! Te lo has ganado a pulso. Y enhorabuena a Josep Sellas, José Ares y a toda la gente del Compañía de María. Gracias", escribió en Twitter Edu Castro, entrenador del Barcelona. Y en A Coruña, claro, encantados porque además los dos nunca reniegan de su pasado. "Siempre CDM", un lema con el que han animado a sus excompañeros en la lejanía. Aunque siempre que pueden les hacen una visita. "Vienen por aquí y los niños pequeños alucinan y los utilizan como espejo. Sus caras cuando los ven... eso no se paga con dinero", señala Sellas.

Para el entrenador de Compañía, de Ignacio Alabart hay poco más que se pueda decir. Campeón del mundo, con 22 años, ya tiene todo un palmarés detrás. "Es muy elegante, tiene una técnica de patín impresionante, técnicamente es una delicia, siempre va con la cabeza levantada, es muy inteligente...", le describe y cree que por su edad, está llamado a "marcar una época". De Chino, que al contrario que Ignacio es zurdo, destaca su poderío físico pero también la inteligencia y la técnica de patín.

Pero Sellas destaca algo casi todavía más importante que pocos ven. "Son muy buenos estudiantes, van a curso por año en la Universidad y pueden compaginar las dos cosas a la perfección", desvela. Allí se sienten muy cómodos. Viven prácticamente al lado y han creado un grupo en el que también están otros dos ex de Compañía, Gabriel Villares, que juega en el Shum de Primera Nacional, y Fran Otero, que hasta esta temporada estaba en filial azulgrana. "También hay otros jugadores de su generación, como Blai y Nil Roca, Gerard Miquel... son buenos amigos y eso se nota", añade Sellas.

Alabart y Miguélez no fueron los primeros de la ciudad en vestir la camiseta azulgrana, ya lo hizo antes y durante dos temporadas Eduard Lamas (al que este periódico atribuyó erróneamente una lesión en la rodilla como motivo de su ausencia en el partido del Liceo contra el Alcoy en vez de la microrrotura abdominal de la que informó ayer el club verdiblanco). Y tampoco son los únicos que lo hacen en la actualidad, con los hermanos Pablo y Nico Torres, primos del jugador verdiblanco David Torres, desenvolviéndose también en la cantera culé. A Coruña marca tendencia, dentro o fuera de sus fronteras.