El entrenador del Atlético de Madrid, Diego Simeone, señaló los peligros del Arsenal, ya sufridos la pasada semana con Ozil a la cabeza, y recordó la "ilusión y pasión" que deben ofrecer y mamar en el Wanda Metropolitano hoy, un partido de los que se juegan "con el corazón" en busca de la final de la Liga Europa.

"Yo siempre me ilusiono con lo mejor cuando empiezan las temporadas, y buscar llegar lo más lejos posible en lo que nos toque jugar. Parece que queda poco pero queda mucho, hay mucho en juego", indicó en la rueda de prensa de ayer.

El técnico argentino no se paró en valorar la importancia individual del futuro en la competición, de cara a nombres como Griezmann u Oblak, reclamados por media Europa. "Lo que pienso es lo que necesita el equipo para que podamos hacer un partido importante. Ya dije que necesitamos un estadio que explote, que esté con ilusión, energía y transmita pasión, porque eso somos nosotros", apuntó.

"Todos los que se quieran subir a lo que vendrá, bienvenidos serán", añadió, antes de referirse al planteamiento del partido tras el 1-1 de la ida. "Todo lo que podamos decir sirve para la crónica, pero cuenta lo que se vea en el campo. En las copas últimamente ningún resultado te da ningún tipo de tranquilidad. En la etapa final, crece mucho la capacidad para manejar las situaciones, jugar en equipo", afirmó.

El técnico rojiblanco utilizó el regreso de Filipe Luis tras lesión para definir el partido ante el Arsenal. "Está claro que lleva dos meses parado. No está para jugar 90 minutos, pero entramos en un tramo importante, donde los futbolistas importantes como Filipe han hecho un esfuerzo tremendo para estar a disposición del entrenador. Estoy seguro que si le llamo responderá, porque muchos partidos se juegan con el corazón, aparte de la cabeza y las piernas, y éste es uno de ellos", explicó.