Fernando Alonso, doble campeón del mundo de Fórmula 1, ganó ayer su primera carrera en el Mundial de Resistencia (WEC), las Seis Horas de Spa-Francorchamps (Bélgica), al volante de su Toyota TS050 Hybrid.

El Toyota número ocho, que Alonso compartió con el japonés Kazuki Nakajima y el suizo Sébastien Buemi, precedió en la meta al segundo Toyota, el número siete, y al Rebellion no híbrido número uno, al término de la primera prueba de la temporada 2018-19.

El piloto español había obtenido la pole, tras la descalificación del otro Toyota. El asturiano compaginará esta temporada el Mundial de Fórmula 1 y el Mundial de Resistencia, donde su gran sueño es participar y ganar las 24 Horas de Le Mans. "Lo que primero que quiero hacer es sentir y vivir Le Mans, una carrera enorme", había lanzado Alonso como una declaración de intenciones.

Y en su debut en el Mundial de Resistencia, en Bélgica, las sensaciones no pudieron ser mejores. Alonso afronta una cargada temporada, con 21 carreras de Fórmula 1 y cinco pruebas de resistencia.

El español no esconde su ambición de convertirse en el segundo piloto (tras Graham Hill en los años 60-70) en ganar la Triple Corona: el Gran Premio de Fórmula 1 de Mónaco (que lo logró en 2006 y 2007), las 24 horas de Le Mans y las 500 Millas de Indianápolis (que disputó por primera vez en 2017).