¿Por qué no hiciste este reportaje el Día del Padre, no queréis igualdad?, me preguntaron. Claro que sí. Pero igualdad no significa ser iguales, sino tener las mismas oportunidades, trato, condiciones... Porque está claro que hombres y mujeres no somos iguales. Y hay algo en lo que nunca, salvo milagro de la ciencia, podremos serlo. Porque de momento solo las mujeres podemos quedarnos embarazadas y dar a luz. Así que, que me perdonen, pero no es lo mismo. Y si no que se lo digan a Sergio Ramos, que no tardó ni una hora en plantarse desde el paritorio, donde Pilar Rubio trajo al mundo al tercer hijo de la pareja, al entrenamiento de la selección española de fútbol. No lo critico, que cada uno es libre de hacer lo que quiera. Solo lo utilizo como muestra. Una mujer deportista, por más que quisiera, no podría hacerlo. Necesariamente tiene que parar, más en el deporte profesional. Aunque sean solo unos meses, unas semanas, tanto antes como después. Y cuando vuelve, además de al juicio social (sí, todavía hay quien las tacharía de malasmadres), se enfrenta a que su cuerpo no es el mismo, se ha quedado sin sustento e incluso sin equipo. Prácticamente tiene que empezar de cero porque su baja por maternidad se equipara, en términos de patrocinadores y becas, a una lesión o a una enfermedad. No es de extrañar que la mayoría espere a acabar sus carreras profesionales para poder ser madres. A veces tampoco es una opción, obligadas a firmar cláusulas antiembarazos en sus contratos. Pese a todo, sigue habiendo ejemplos: las tenistas Kim Clijsters y Serena Williams, las atletas Jessica Ennis-Hill y Tirunesh Dibaba... o en el deporte nacional la piragüista gallega Teresa Portela, las campeonas olímpicas Maialen Chourreaut y Marina Alabau, la nadadora Gemma Mengual... Son las excepciones de la regla. La conciliación en España está todavía en pañales. La igualdad de la mujer, en camino. Y el deporte femenino, reivindicándose día a día en un mundo todavía demasiado masculinizado, pensando por y para los hombres. Deportista, mujer y madre, y muchas de ellas a su vez trabajadoras. La lucha continúa.