Hace un año que Miguel López vivía uno de sus mejores momentos deportivos al colgarse la medalla de bronce con el Órdenes en el Campeonato de España júniorÓrdenes . No se imaginaba que 369 días después el sueño sería mucho más grande. Por el medio, hizo las maletas para trasladarse a Lleida y no se equivocó en su apuesta. Porque allí le ha llegado su gran oportunidad. Tras cuatro partidos convocado con el primer equipo, a la quinta fue la vencida. El pasado viernes, ante el Arenys de Munt, por fin saltó a la pista y debutó en la OK Liga, un estreno redondo porque le acompañó el mejor de los premios para un jugador, un gol, el quinto de su equipo.

"Llevaba dos minutos en pista y Darío Giménez me dio una asistencia. Yo rematé de cuchara y entró por un lateral de la portería", recuerda el ordense. "El debut me lo podía esperar, pero ya el gol... eso sí que ya no. Fue ver realizado un sueño", añade. Es el justo premio, sobre todo después de un año en el que se arriesgó y dejó su casa para apostar por el hockey sobre patines a casi mil kilómetros de distancia de su familia y hogar. Pero él no se quiere olvidar de nadie que le haya acompañado en este camino que se inició mucho antes, cuando tenía solo dos años y se puso los patines por primera vez. "Todo suma, no solo este año", reconoce.

Estar lejos de casa siempre es un hándicap. López se vio prácticamente forzado a tomar la decisión. La ausencia de un equipo gallego en Primera provocó el verano pasado un éxodo masivo de jugadores en busca de oportunidades para seguir creciendo. Uno de los más afectados fue precisamente el Órdenes. "Ganamos el bronce en el Campeonato de España y en ese momento a dos compañeros los llamaron de Madrid -Álex Roca (Rivas) y Álex Soto (Alcobendas)-, también se fue el entrenador -Marcos Rey-, otro jugador dejaba el equipo para ir a la universidad... con eso ya faltaba medio equipo", relata, "así que cuando me llamaron del Lleida, decidí irme. Era la mejor opción que podía tener".

No se fue solo porque allí coincide con el también coruñés Raúl Fernández, ex de Dominicos y Compañía de María e internacional en las categorías inferiores de la selección española. Y también están en la ciudad ilerdense los hermanos mellizos Bruno y Roberto di Benedetto, de madre de Monte Alto. "Pero ellos son muy franceses, ¡ya nos gustaría que fueran gallegos!", precisa. Con ellos coincide en los entrenamientos del primer equipo, que esta temporada se proclamó campeón de la Copa CERSCopa CERS. "Aprendes muchísimo entrenando con jugadores de este nivel porque si no estás a tope, te comen", dice.

Todavía no sabe si entrará en la convocatoria para el próximo partido, que precisamente es el domingo en A Coruña contra el Liceo, y mucho menos conoce qué será de su futuro el próximo año. "No acabó la temporada así que todavía no se sabe nada", comenta. "Yo estoy muy contento aquí desde el primer día", continúa Miguel López, que con el filial del Lleida se encuentra en la lucha por el ascenso a Primera División. El que sí que estará en la segunda categoría nacional será el Liceo. "Es una gran noticia no solo para los jugadores de su base, sino para todos los de la cantera de Galicia. Se necesitaba ya un equipo en Primera para que no tengamos que irnos para tener una oportunidad. Entre Madrid y Cataluña somos un montón los que estamos fuera", analiza. Sea donde sea, él seguirá luchando por su pasión y ni siquiera después de haber catado la OK Liga el resto le sabrá a poco: "Jugar es jugar, pero si se puede lo más alto, mejor".