Cariño, afecto y respeto; exactamente lo que había pedido. Gianluigi Buffon se despidió ayer de los hinchas de la Juventus tras 17 temporadas ante un público que le dedicó una sobria despedida, haciendo soltar alguna lágrima al mítico arquero, que dio la vuelta de honor al estadio tras ser sustituido en la segunda parte.

Buffon decidió marcharse al estilo Del Piero en lugar del hacerlo a lo Totti. Tal como hizo el gran delantero juventino en 2012, el arquero saludó al público antes de dar la vuelta al Juventus Stadium, pese a que aún restaban 20 minutos del partido contra el Hellas Verona (victoria 2-1) que acabó con la celebración del séptimo título consecutivo del equipo de Turín.

Cubierto por bufandas ofrecidas por los hinchas y empapado por la lluvia, el legendario arquero se pudo entonces secar las lágrimas cuando abandonó la cancha, a los 17 minutos de la segunda parte.

Pero hubo un gran contraste con lo sucedido hace exactamente un año en la despedida de Francesco Totti de la Roma, cuando todas las entradas del Olímpico se vendieron días antes y tanto público como jugador no pararon de llorar.

"¡Pero eso es Roma! Hacen comedia. Nosotros vamos a hacerlo diferente, aunque será extraño sin él", dice Giancarlo, un tifoso de 44 años, los últimos 17 con Buffon en el arco de su equipo.

Para su último partido frente al ya descendido Hellas Verona, la Juventus preparó un acto sobrio en el que Buffon también recibió un baño de multitudes de los tifosi.