El Madrid consiguió su décima Copa de Europa al vencer al Fenerbahçe en un partido en el que el francés Fabien Causeur ofició de maestro de ceremonias de un equipo que sobresalió por su entrega, trabajo, defensa y compromiso.

Ahmet Duverioglu fue la pesadilla del Madrid en los primeros minutos de la final, tras el 0-5 inicial que Luka Doncic neutralizó con jugadas individuales.

El pívot turco superó al mexicano Gustavo Ayón, que en su afán de prestar ayudas defensivas a los compañeros perdió la posición en varias ocasiones.

Los triples volvieron a ser la clave de un Madrid que con el 6-11 en el marcador (m.4.15) comenzó a ponerse tenso por la falta de puntos. Fue Fabien Causeur el que abrió la veda y Rudy Fernández el que consiguió el empate a 15 a falta de 1.40 para el final del primer acto.

Sergio Llull y Anthony Randolph firmaron otros dos triples que lanzaron al Madrid al 21-17 final ante un Zeljo Obradovic que no pudo contrarrestar esa efectividad.

El Stark Arena repleto de unos muy ruidosos aficionados turcos en más del 95 por ciento del aforo, enmudeció.

La salida de Rudy en los tres minutos finales fue esencial. No sólo por el triple, sino por la intensidad defensiva que puso en todas las acciones.

El Madrid de Pablo Laso salió con ganas en el segundo acto y un 4-0 (25-17) obligó a Mister Europa a pedir tiempo muerto. El antídoto del preparador serbio fue la erupción de Nicolo Melli, que anotó 11 de los primeros 13 puntos de su equipo en este cuarto, aprovechando una muy buena circulación de balón de sus compañeros.

Jaycee Carroll y Edy Tavares en la intimidación fueron importantes, aunque en los últimos instantes el Fenerbahçe recuperó la ventaja, 38-40, para marchar al vestuario.

Un 7-0 de salida, con triple de Causeur, devolvieron al Madrid a las ventajas (45-40) hasta que Melli, que cogió el gusto a la anotación, se apuntó 5 tantos, 50-48 .

El partido entró en una fase de ida y vuelta en la que las defensas también fueron protagonistas, con Rudy brillando de nuevo en la marca a Brad Wanamaker, y de la que el Madrid salió reforzado con el 55-50 (m.25.30).

El trabajo del capitán del equipo español, Felipe Reyes, fajándose como siempre bajo los aros, también comenzó a dar réditos y contribuyó a silenciar las gradas del Stark Arena de Belgrado, pero fueron los diez puntos de Causeur en los 8 primeros minutos los que permitieron al Madrid respirar levemente, 59-52 (m.28). Y también la defensa del francés sobre Kostas Sloukas, cercenando de raíz la creación de juego de los turcos.

El tercer cuarto se cerró con un 63-55, la máxima ventaja del Madrid y del partido y fiel reflejo del excelente trabajo defensivo y ofensivo de un equipo blanco que presentó sus credenciales para hacerse merecedor de la Décima.

Una antideportiva de Jan Vesely sobre Luka Doncic y un triple de Jaycee Carroll significaron una nueva ventaja máxima (71-61, m.34) que empezó a dar alas a los sueños de los pocos aficionados madridistas presentes en Belgrado.

Dos rebotes ofensivos de Tavares y Trey Thompkins en la misma jugada cosieron las costuras del traje de campeón que el Madrid se estaba fabricando con un juego excepcional y una defensa maravillosa, con Causeur al frente para conquistar la décima.