A mitad de ciclo olímpico, Tokio 2020 se acercan a toda velocidad. Para algunos, como Irene Martínez, esta temporada, en la que ya logró su primera medalla europea de halterofilia a nivel absoluto y en la que acaba de proclamarse campeona de España universitaria, ya empezará a ser decisiva. El camino de la haltera coruñesa, que se encuentra en su mejor momento, empezará en el Mundial, que ya contará para la clasificación para los Juegos. Antes tendrá los Juegos del Mediterráneo, una oportunidad para hacer una buena marca que le ayude a coger confianza y de paso, subir al podio de otra cita internacional.

"Los Juegos del Mediterráneo son el objetivo a corto plazo, a largo es el Mundial", reconoce Martínez. Todavía no está confirmado el sistema de clasificación para Tokio en halterofilia, pero lo que sí ya es seguro es que será individual, con el ranking del deportista durante dos años, y no por equipos. Hasta ahora, en las competiciones previas y por los resultados d sus deportistas cada país lograba un determinado número de plazas. Para Río, España solo consiguió una en categoría femenina y esta fue indiscutiblemente para Lydia Valentín, lo que dejó a la coruñesa a las puertas como primera reserva.

"Era mi gran objetivo pero no pudo ser. Ahora eso ya ha pasado y solo pienso en el presente", afirma, un presente en los que los Juegos Olímpicos se presentan cada vez más cerca. "Si no fuesen un objetivo real, no seguiría trabajando para ello", sentencia la deportista del CH Coruña. "Este año me encuentro bastante bien entrenando así que espero que salga bien", continúa. Los resultados le están acompañando, igual que al resto del equipo español de halterofilia: "Estamos creciendo gracias a Lydia Valentín. Para mí entrenar con ella es una motivación extra. Y ella nos hace más visibles para el público".