Gustavo Aranzana, (Valladolid, 1958) acaba de terminar su primera temporada como técnico del Leyma Coruña sin saber si ha sido la última. El equipo naranja llegó al play off de ascenso a la ACB y cayó en la primera eliminatoria, aunque dejando un gran sabor de boca. El año ha tenido luces y sombras.

- ¿Seguirá en A Coruña un año más?

-No sé lo que va a pasar, no he hablado con la nueva directiva, no me han llamado. Los jefes son los que mandan, y yo como profesional iré donde me lleve el aire.

-Pero ¿ya ha tenido ofertas de otros equipos?

-Una vez que se me acaba contrato con un equipo tengo que buscar. Hay otros clubes pero mi representante es muy bueno, no especula. Yo como entrenador profesional estoy en el mercado.

- ¿El Leyma Coruña es su primera opción para la próxima temporada? ¿Espera alguna oferta de la ACB?

-No me hago ilusiones y no me gusta hablar de primeras o segundas opciones. Estoy muy agradecido al club por permitirme venir y estaré encantado de escucharles pero no sé si están contentos conmigo, si están satisfechos con mi trabajo. Son ellos los que mandan. Lo que sí que creo es que han hecho los pasos que deben hacer. Había elecciones y ahora hay una nueva directiva que se tiene que reunir para hablar del nuevo proyecto pero hasta que no lo haga no pueden tomar decisiones. Yo he terminado y mi representante hará lo que tenga que hacer.

- ¿Qué tal ha sido el regreso a la competición española?

-Estoy encantado, feliz y satisfecho. Me he encontrado muy a gusto en la liga española aunque tampoco ha sido un gran cambio porque siempre he seguido entrenando. Estoy contento a todos los niveles, ha sido muy fácil trabajar aquí y a partir de ahora dios dirá.

- Hablando ya de la temporada que acaba de terminar, ¿está satisfecho?

-Sí, con cómo han salido las cosas globalmente sí. Aunque lógicamente podríamos haber dado un pasito más en el play off, pero en líneas generales estoy muy contento.

- ¿Qué le faltó al Leyma Coruña para pasar la primera eliminatoria del play off ?

-El equipo llegó muy bien, pero en las eliminatorias siempre hay detalles que tienes que tener a tu favor. No tuvimos ese momento de suerte en el que la pelotita tiene que entrar, nos faltó en dos acciones en el cuarto partido que nos hubiesen dado el pase. También sufrimos con el tema de las lesiones de Olmos y Abia en el último partido. Aquello fue crucial. Pero así es el deporte.

- Sopesando lo bueno y lo malo, ¿el balance es positivo?

-Sí, es bueno. En el deporte no todo es ganar. El primer objetivo del club es seguir consolidándose y ahí está. Todos dijimos que había que jugar play off y el objetivo se hizo. Además, yo siempre dije que había otro tema que valorar, que era el crecimiento individual de los jugadores. En ese sentido estoy muy contento porque crecimos muchísimo, mejoramos en mucho aspectos y el trabajo fue magnífico. Tengo que agradecer a los empleados del club, y del Palacio de los Deportes todo su trabajo, y también a mi cuadro técnico que ha estado conmigo a muerte y me ha ayudado muchísimo. Esta química que había entre todos se ha visto en el equipo. El principio fue muy duro con entrenador nuevo, con la afición no había simbiosis porque no lo estábamos haciendo bien... Las cosas tenían que ir poco a poco, construir es difícil. Al final se creó un feeling enorme entre la afición, el club y el equipo.

- ¿El mal inicio marcó el desarrollo de toda la temporada?

-El principio fue muy duro. Trabajábamos mucho y bien pero no dábamos con la tecla. Estaba convencido de que esto iba a salir, y todos estábamos dispuestos a sufrir para sacar al equipo adelante. Y salió. Era consciente de que la plantilla no estaba completa y de que la pretemporada era escasa, había muchas cosas que juntar. Con la llegada de Zach Monaghan todo se equilibró un poco y el equipo lo notó, pero también estaban las lesiones de Sonseca y Olmos. Hasta la segunda vuelta no pudimos operar a Edu y Larry estuvo fuera más de 120 días. Todo afectó a la forma de hacer la pretemporada. Y nadie habla de las ventanas FIBA por las que perdimos a Gilling para dos jornadas. Después el propio Gilling se lesionó y Zach también estuvo unas semanas renqueante. Tuvimos muchas lesiones que entran dentro de lo posible pero afectan. Lo importante era llegar al objetivo y lo hicimos.

- ¿Qué ha sido lo mejor de la temporada?

-El día a día, la química del grupo. La relación entre el club, la afición y la directiva ha sido fantástica. He estado en muchos sitios y que las cosas sean así lo vemos normal pero no lo es y da muchas satisfacciones. Entre todos ha habido una buena simbiosis. Da gusto ir al club y hablar con los jefes. La comunicación es sana, educada y muy cercana.

- ¿Y lo peor?

-Sin duda el principio. Tenía miedo a defraudar, a que no saliesen las cosas y que el proyecto se estropease. No temía que me echaran sino que esto se cayera. Que la afición se enganchase era importante para todos los estamentos del club y me preocupaba hasta no dejarme dormir. Siempre me ha gustado el baloncesto bonito pero las cosas no iban bien. Sabía que con trabajo iba a salir... Y salió.

- La temporada acabó bien, pero ha sido algo irregular.

-Sí. Ha habido momentos buenos y malos hasta dentro del mismo partido. Todo ha sido por cómo se iba elaborando el día a día y la temporada. Me quedo con un amargo lunar de los últimos cuatro partidos de la liga regular, con el play off asegurado no haber ganado dos o tres partidos más.

- ¿Qué pasó en esos últimos partidos de liga?¿Hubo relajación por parte de los jugadores?

-No era relajación, mentalmente no éramos capaces de apretar. Sufrimos muchísimo para llegar al play off, hubo un momento en el que veíamos que no llegábamos y era el objetivo de todos. Entrenábamos por la mañana, por la tarde, sesiones de vídeo, vivíamos una exigencia y una intensidad brutal. Pero entonces perdió Cáceres. Nosotros jugábamos en Huesca y en el hotel supimos que ya estábamos en el play off. A partir de ahí mentalmente el equipo aflojó. Y después cambiamos el chip.

- ¿Consiguiendo el factor cancha podría haber cambiado el final de la temporada?

-Sí, pero dar el paso de meterse en entre los cinco primeros cuesta mucho a todos los niveles, deportivo y económico. Con el factor cancha hubiésemos pasado. Jugar en casa primero no es definitivo porque puede pasar cualquier cosa, pero es muy importante. Oviedo iba 2-0 y acabó perdiendo.

- Qué pena la lesión de Larry Ab ia en el último partido...

-Nadie dice lo que Larry ha sufrido esta temporada. En el play off era cuando mejor estaba jugando. Pablo y él compitieron muy bien en EBA y recogieron sus frutos después.

- ¿Hay bloque para seguir pensando en el play off la próxima temporada?

-Es la directiva la que toma el mando y ahora tienen que pensar qué objetivo fijan para la temporada que viene y qué equipo quieren hacer. No me atrevo a decir lo que desea la nueva directiva porque no hemos hablado nada de un proyecto deportivo y aquí los jugadores renuevan año a año.