Seis títulos en nueve meses. A finales de 2017 Ignacio Alabart se proclamó campeón del mundo con la selección española en los World Roller Games de Nanjing (China) y después ganó la Supercopa de España, primer éxito con su nuevo equipo, el Barcelona, con el que ya en 2018 también conquistó la Copa del Rey, la OK Liga y la Liga Europea, además de la Taça Latina, competición sub 23 en la que triunfó con el combinado nacional. La temporada del jugador coruñés, que parece tocado por una varita mágica, ha sido perfecta y todavía puede rematarla, cerrar el círculo, si el próximo mes se cuelga de nuevo el oro con la selección española en el Campeonato de Europa absoluto que se disputará en A Coruña del 14 al 22 de julio. Ya está en la preselección hecha pública por Alejandro Domínguez esta semana y todo indica que será uno de los elegidos para competir en casa este verano.

Con 22 años recién cumplidos, Alabart ya puede presumir de un palmarés envidiable. Su padre, Kiko Alabart, que fuera un mítico jugador de la época dorada del Liceo, pero también del Reus y de la selección española, ya vaticinó que su hijo le superaría en número de títulos. De casta le viene al galgo. Pero Ignacio ha tenido también que esforzarse para llegar hasta donde está. Empezó en Compañía de María y muy joven, hace ya seis años, cuando tenía solo 16, decidió renunciar al calor del hogar para seguir su formación en La Masía. Sin prisa, cumpliendo con todos los pasos, fue pasando por las categorías inferiores del club azulgrana hasta que hace dos temporadas fue cedido al Voltregá. Allí cogió experiencia antes de dar el salto a la primera plantilla culé.

No es fácil llegar a un equipo de la categoría del Barcelona, con los mejores jugadores del mundo en todos los puestos, y triunfar. Alabart fue uno más en las rotaciones para el técnico Edu Castro, con el que ya había coincidido en la base del conjunto de la Ciudad Condal. La confianza del entrenador fue clave. Estuvo en todas las convocatorias de la Liga, las 30 jornadas, en las que marcó 12 goles, no lejos del resto de sus compañeros. Solo se destacó el argentino Pablo Álvarez, que se fue hasta los 45. Su compatriota Lucas Ordóñez se quedó con 20; Pau Bargalló y Marc Gual con 17; Sergi Panadero con 15 y Xavi Barroso, con 13. Por detrás del coruñés, el tercer argentino de la plantilla, Matías Pascual, con 8.

El coruñés es el único que suma seis títulos (Pau Bargalló lleva cinco, le falta la Taça Latina) y el único que aspira a aumentarlo en el Europeo de A Coruña. Es también el más joven, de la generación del 96, y por ello está llamado a marcar una época en este deporte. Está claro que jugar en el Barcelona facilita el hecho de ganar títulos, así Aitor Egurrola se ha ido hasta los 66, el hombre récord del hockey sobre patines. Ignacio Alabart ya tiene seis y muchas temporadas por delante. De momento, está cumpliendo lo que los entendidos decían de él. Excelente técnica, patín rápido, sangre fría, visión de juego, con la cabeza siempre arriba. Cualidades de hexacampeón.