La selección española firmó una pobre actuación ayer contra Túnez en Krasnodar maquillada con victoria (0-1) gracias a un gol de Iago Aspas en el minuto 84. Fue una España desconocida, sin brillo ni apenas ocasiones en el último ensayo antes del estreno en el Mundial de Rusia el próximo viernes ante la Portugal de Cristiano Ronaldo.

Los de Julen Lopetegui terminaron sacando la victoria, el partido 20 en la racha invicta bajo las órdenes del vasco, en un examen final del que pasar página sin pena ni gloria. Sin rasgar ninguna vestidura, ya que lo serio comienza en Sochi el día 15, pero ni mucho menos sacando pecho. Túnez fue mejor que una España que hasta el tramo final no tiró a puerta, con el acoso y derribo de Diego Costa.

España firmó los peores 45 minutos de la era Lopetegui. Ya de inicio Túnez mostró intensidad y ganas por aprovechar el test ante su prestigioso rival, como el que tendrá contra Inglaterra en su debut en Rusia. Algo que brilló por su ausencia en la roja, que estiró la pobre imagen de la segunda parte ante Suiza. Un poquito de Iniesta y otro tanto de Odriozola, quienes dieron a Rodrigo las dos llegadas españolas, fue lo que rascaron del 72% de posesión.

El delantero del Valencia entró en el once por Diego Costa, pero sufrió la falta de ritmo de los suyos. Sin velocidad, España fue presa fácil para la motivada Túnez, que probó a De Gea con cierto peligró y llegó más al área rival. Sassi, tras un regalo en el centro del campo de Thiago, y Sliti perdonaron la zozobra española, lejos de su mejor versión e incapaz de encontrar a Silva o Isco.

El ambiente caluroso, el poco nombre del rival, lo cercano al Mundial y el miedo a las lesiones, la razón pudo ser cualquiera, pero el desconcierto español fue llamativo. Tras el descanso, Lopetegui trató de corregir con Koke en lugar de un Thiago señalado por sus mucha pérdidas en esa posición retrasada, además de Nacho y Lucas. No cambió en exceso el guion, con Túnez bien plantada.

Los de Nabil Maaloul echaron el resto dispuestos a rubricar la machada y el técnico vasco quemó naves con Diego Costa, Asensio y Aspas, al final decisivo.