Francia derrotó a Australia ayer en Kazán en el debut de ambos seleccionados en Rusia-2018, un partido que entrará en la historia de las Copas del Mundo por la utilización del videoarbitraje (VAR) por primera vez.

El árbitro uruguayo Andrés Cunha recurrió a la tecnología impulsada por la FIFA a los 57 minutos para sancionar una pena máxima a favor de los bleus, que un minuto después transformó en gol Antoine Griezmann.

Mile Jedinak, por la misma vía a los 62, marcó el empate en el Kazan Arena, al que acudieron cerca de 42.000 aficionados.

Paul Pogba, a los 81, le dio la victoria a los bleus con una pelota que pegó en la parte baja del travesaño y botó escasos centímetros después de la línea de gol.

"Podemos hacerlo mejor y tenemos que hacerlo mejor", aseguró el seleccionador francés, Didier Deschamps, en rueda de prensa.

"Lo esencial está. El primer partido siempre es muy importante, y esta victoria nos coloca en la mejor posición. Fue un partido difícil contra un buen equipo de Australia", dijo un crítico selecionador con sus futbolistas.

Impulsado por una numerosa afición, Francia empezó el partido con mayor determinación y llegó a poner contra las cuerdas a los soceroos a partir de la buena movilidad en ataque de Kylian Mbappé en el ataque y la velocidad de Ousmane Dembélé.

Mbappé tuvo la primera acción de riesgo con una internada en el área que el golero Mathew Ryan mandó al tiro de esquina, y luego fue Paul Pogba el que probó al portero del Brighton, que milita en la Premier, en un tiro libre.

Griezmann también tuvo lo suyo con un remate desde la frontal del área que terminó en las manos de Ryan.

En esos 15 minutos iniciales se vio lo mejor de los franceses, que dominaban con un planteo ofensivo y dinámico, pero Australia consiguió recomponerse y empezó a emparejar el duelo al plantar más batalla en el mediocampo y discutirle la posesión.

En una falta lateral, los oceánicos probaron los reflejos del capitán galo, el portero Hugo Lloris, que se lanzó abajo sobre el vertical izquierdo para salvar su portería después de un toque involuntario de Corentin Tolisso.

Con las acciones más parejas, Francia y Australia entraron en un juego soporífero, en el que se fueron diluyendo los hombres de Deschamps a la luz de un compacto juego de los socceroos, que nada pudieron hacer por igualar.