Brasil, uno de los grandes favoritos al título, se atascó en su debut mundialista ante Suiza -con el deportivista Schär presente durante todo el partido-, que puso de manifiesto todas las carencias de la canarinha y de Neymar, que estuvo desaparecido en combate.

La pentacampeona no aprendió de los errores de España y tropezó en la misma piedra que la roja hace ocho años en Sudáfrica y, lo que es peor, dejó muchas dudas con un juego previsible.

Igual que el resto de favoritos en este Mundial, Brasil demostró, que aunque tiene plan de juego definido, no sabe si atacar con todo o nadar y guardar la ropa. Ni rastro del jogo bonito y si mucha precaución, lo que deslució un duelo que había despertado mucho expectación, especialmente tras el empate de Argentina.

Salió mejor Suiza, que parecía dispuesta a repetir la machada del Mundial de Sudáfrica. De hecho, el equipo de Vladímir Pétkovic fue el primero en avisar por medio de Dzemaili. Y apareció Coutinho y deshizo el entuerto con un golazo marca de la casa, pero los suizos demostraron que no había venido a pasearse a Rusia. A la salida de un córner Zuber remató de cabeza completamente solo tras empujar a su marcador, Miranda, y marcó el gol del empate.