Un gol de rebote de Diego Costa dio la victoria a España ante Irán en la segunda jornada de su grupo, sufridos tres puntos ante un rival que se encerró primero e hizo temblar después a la roja en el Kazán Arena, incapaz de controlar el partido en ventaja, pero que permiten a los de Fernando Hierro cumplir en el camino a octavos de final.

El cuadro español bajó enteros en las sensaciones que dejó el debut ante Portugal, pero ganó. La triple campeona de Europa había dado un golpe en la mesa ante los lusos, tras el terremoto Lopetegui y en un partido lleno de adversidades. Sin embargo, en el segundo asalto ante Irán no funcionó, le faltó ritmo en un partido incómodo y feo que desatascó el tercer gol de Costa en Rusia. Por delante, los de Hierro no supieron matar e incluso lo pasaron mal ante los iraníes.

Irán, que ganó en su estreno a Marruecos y aún sueña con los octavos, cambió su estrategia conservadora tras el tanto en contra en el minuto 54. España no supo guardar la posesión, cedió terreno y perdió balones que sembraron el pánico en el área de David de Gea. El meta del United no fue esta vez protagonista y sí la falta de puntería iraní. No hay rival sencillo en el Mundial, lo sufrió España y también lo superó para acercarse a los cruces.

Cada partido es una historia diferente, y el patio cambió mucho para los españoles. España se bajó de la montaña rusa contra Portugal para subirse en un crucero sin sobresaltos, ni ocasiones en la primera parte y sí mucha desesperación. A la roja le faltó velocidad en su juego, ante un rival encerrado y dispuesto a dejar correr el reloj, cómoda atrás.

Los de Hierro tuvieron un par de chispazos en 45 minutos, ni un tiro a puerta más allá de una falta sencilla de Silva. El canario fue el protagonista del primer arreón, a los 20 minutos. Después entre Isco e Iniesta, pero sin rematador en la buena combinación, muriendo en la maraña roja de jugadores de Carlos Queiroz. La consigna de parsimonia del técnico luso desquició a España.

El meta Beiranvand o el lateral Haji Safi fueron los que más se recrearon en el suelo. Cada falta a un jugador iraní arañó minutos a un reloj en contra de los españoles. Sin dos acciones seguidas para encontrar su fútbol, la única de peligro serio fue un remate de Silva sin suerte en el rechace, España sufrió hasta que tras el descanso buscó más profundidad con Isco como baluarte.

El malagueño, el mejor junto con Costa ante Portugal, irrumpió con verticalidad en la reanudación y Lucas Vázquez abrió mejor el campo, más pegado a la banda. La entrada más animada trajo resultados pronto a la campeona del mundo en 2010. Piqué la tuvo en un saque de esquina y en la siguiente jugada Busquets probó desde lejos, un gran déficit del primer tiempo. Ansarifard dio el susto a un David de Gea sin trabajo, y en la siguiente apareció de nuevo Costa.

El de Lagarto, con pocos balones, aprovechó la primera filtrada por Iniesta para alargar su racha, tras los dos ante Portugal, con dosis de fortuna en el rebote con Rezaeian. Abrir la lata al fin y al cabo, aunque fuese de carambola, pero el valioso gol no trajo el efecto deseado. España perdió el norte, se descolocó y no pareció estar preparada para el paso al frente del rival.

Irán cambió su guion y encontró siempre que quiso a Azmoun. La segunda jugada fue de los de Queiroz e incluso un gol anulado a Ezatolahi cortó el aliento a los de Hierro. Ni Koke ni Asensio mejoraron a una España nerviosa y errática. Amiri se marcó un caño a Piqué y en su centro al área pequeña perdonó Mehdi. El mal trago, con el recuerdo del gol de Cristiano en el minuto 88, terminó en tres puntos, lo importante para jugar mejor el próximo partido.