Dani Carvajal disputó al fin un partido en una fase final de un gran torneo con la selección española, estrenándose ante Irán en Kazán en un Mundial, enterrando el gafe que le perseguía y quitándose la espina clavada por ser un descarte en el Mundial 2014 y perderse por lesión la Eurocopa 2016. La mala suerte acompañaba siempre a Carvajal para no disputar las grandes citas y a punto estuvo de costarle también el Mundial 2018.